Alfredo Sanzol, director del CDN: "cada día que hemos abierto he vuelto feliz a casa"

El primer gran objetivo de Alfredo Sanzol al frente del Centro Dramático Nacional nunca ha sido tan simple, ni a la vez, tan complicado. Abrir el teatro para poder ofrecer a los profesionales de las artes escénicas la posibilidad de reencontrarse con su público, en un año en el que también la cultura tuvo que parar. “Es un momento muy complicado, lo estamos pasando mal, pero tenemos que seguir teniendo paciencia”, anima en este primer año de balance.

No ha sido fácil, ya que el trabajo para poner en marcha la maquinaria sobre las tablas, sigue siendo un reto diario: “hemos hecho un esfuerzo muy grande para que el púbico llegue a nuestras instalaciones”, asegura. Los nuevos sistemas de ventilación, la reducción de los aforos y los ensayos, donde no ha faltado la mascarilla a ninguno de los miembros de las compañías, han sido clave para que los teatros puedan decir que la cultura es segura. “La tasa de contagio dentro de los equipos artísticos es inferior al 1% y muchos de estos contagios se produjeron fuera de los ensayos”, explica el director del Centro Dramático Nacional, que también aprovechaba para hacer una llamada de atención a las administraciones: “espero que lo tengan en cuenta”, apremia.

Además de este bajo porcentaje de contagios dentro de los ensayos, el mundo de la cultura saca pecho con un 0% de infectados durante sus funciones ¿Cómo lo saben? Gracias al rastreo: “si hubiese habido algún caso en las funciones, se hubieran notificado 3 o 4 casos de personas que habrían estado en el teatro los días próximos a los positivos. Eso no ha pasado”, apunta el director.

En cuanto al futuro del Centro Dramático Nacional, su programación y su oferta, Sanzol cuenta que le gustaría que se recordara su etapa como “un tiempo de riesgo, libertad y exposición de la creatividad y la imaginación”. Además de tener una clara apuesta por la igualdad de oportunidades entre creadores y creadoras. Apostar por “una dramaturgia femenina”, explica, y en la que: “grandes espectáculos nazcan de nuevos textos en los que la voz de la mujer sea igual de audible”. Una nueva visión de nuestro teatro que se plantea en el año más complicado, pero que ojalá: “cada vez lo sea menos”.