A la espera del Supremo

Valladolid

En pocas ocasiones esta comunidad ha estado en boca de tanta gente. La decisión de adelantar más que en ningún otro territorio el toque de queda ha proporcionado al presidente Alfonso Fernández Mañueco una visibilidad extra que en política, tal y como recogen los viejos manuales, nunca sobra.

Si el Supremo le da la razón se mostrará como un político que no se arrugó a la hora de tomar medidas impopulares, claro que cuesta creer que el mismo arrojo habría aflorado si el partido que gobierna España fuera el suyo. Si la justicia termina con su demarraje, habrá logrado durante al menos dos semanas salirse con la suya al aplicar lo que considera una medida necesaria.

Ya sea fruto de la casualidad o el resultado de un movimiento calculado, lo cierto es que Fernández Mañueco ha obtenido un plus de visibilidad gracias a este desencuentro con el gobierno. Otra cosa es el resultado y seguimiento de la medida propiamente dicha. Como él mismo apunta, aún es pronto para analizar su efectividad, aunque sería deseable que ese análisis no se demore, entre otras cosas, para saber si además del presidente, el resto también nos hemos beneficiado de su decisión.