'Los límites', por Emilio Ivars

Murcia

Los límites

Buenas tardes. Allá por los finales de los años 80 la banda 'La Frontera' presentaba, dentro de su disco 'Rosa de los Vientos' la canción 'El límite', esa de la que todos -yo creo-, mayores y jóvenes recordáis el estribillo al menos: 'En límite del bien... en el límite del mal...' ¿Te suena? En esa canción, dedicada a la amistad, La Frontera nos hablaba del límite del bien y del mal, ni más ni menos.

Reflexionemos hoy juntos en esta pizarra sobre el límite, sobre los límites. Ya sabes tú que un límite -en principio- es esa línea real o imaginaria que separa dos mundos, realidades, planteamientos o decisiones. Conoces muchas expresiones que nos lo indican, desde 'vivir al límite' hasta 'estoy en el límite' pasando por la 'fecha límite' de muchos procedimientos en los que tienes que participar.

Llevas, llevamos, viviendo unos días de vértigo en cuestión de límites y, valga la redundancia, poniéndote a ti, a mí, a todas las ciudadanas y ciudadanos al límite, en la frontera de nuestra extremada paciencia.

Por un lado, te encuentras con el límite entre permanecer en el cargo y la dimisión de los altos cargos que se han vacunado sin que les tocara -menuda jeta-. Sea por convicción, sea por apreturas de tuercas de socios de gobierno o sea porque no les quedaba más remedio, han dimitido ya algunos. Otra cosa son los razonamientos que te han dado en esa dimisión, como si no tuvieras bastante con ver cómo se han colado por delante de muchísima gente que de verdad necesita la vacuna.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Lo que te resulta curioso, me dices, es que Ciudadanos, que ha forzado la máquina del Consejo de Gobierno hasta los límites, ahora pide una dimisión en diferido (que se vayan cuando acabe la pandemia dicen) del resto de cargos responsables de Sanidad que se han vacunado. ¿Ha modificado Ciudadanos ese límite? ¿Por qué se ha tenido que ir -y muy bien ido- el consejero Villegas y el resto de altos cargos permanecen todavía? Los límites, esa vara de medir, deben ser iguales para todos, pues de lo contrario pierdes la ejemplaridad de tu batalla, convirtiéndote en el juez de cuándo y cómo te tienes que ir. Y ya sabes, un ruego a los altos cargos que se han vacunado, sean quienes sean: ¡marchaos a casa! ¡mostrad un mínimo de respeto! ¡no esperéis a que salgan vuestros nombres en los papeles!

Por otro lado, estás viendo que, a pesar de lo que te decían desde el Gobierno Regional, quedaban muchas medidas por poner en marcha en la Región de Murcia al albur de este estado de alarma en el que estamos. Ya sabes que yo pienso -tú me me has dicho muchas veces que también- que nos deberían haber encerrado lo máximo posible hace tiempo, pero lo que no puede ser es que nos estén engañando, que nos estén diciendo que ya estaba todo al límite, cuando quedaban medidas aún por poner en marcha. Así no, lo que tú haces es exprimir al límite las decisiones que puedes tomar y luego pides otras alternativas si no funcionan.

También, esta semana, te has encontrado con ese límite entre la realidad y el absurdo que algunos han utilizado, no sabes bien por qué. Quien muy bien representaba esa frontera era Gila, -lo conoces- ese gran humorista español. Todavía recuerdas fresco aquel sketch (con otras expresiones vivido en esta región en estos días) en el que decía 'Alguien ha matado a alguien ... y no me gusta señalar...' pero, al menos, Gila señalaba y miraba a la cara a aquel ficticio Jack el Destripador, sabiendo que no hacerlo era un desprecio a los límites de la ética.

Recuerdo una frase de la película 'Persiguiendo Mavericks' (esas olas de 18 metros que los surfistas buscan sin cesar) en la que el amigo y entrenador del protagonista afirma 'Quien juega con los límites descubre que a veces los límites te la devuelven'.

Ya sabes, sigue siendo paciente, ponte la mascarilla, lávate las manos, guarda la distancia, quédate en casa todo lo que puedas y pon a cada cual en su lugar, a un lado u otro del límite del bien y del mal que te hayas marcado y, como decía La Frontera, espera en ese límite a los que tú más quieres y más aprecias, con la esperanza de poder abrazarlos lo antes posible.

Nos vemos en la próxima pizarra.