Morriones
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"Morriones". Firma de opinión de Pablo García Casado
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Córdoba
Rafael me dijo que había escrito un libro. Y que cuando saliera quería dármelo. Yo preparaba unas alubias para mis hijos, era el pasado mes de abril. Me lo dijo a través de la ventana, como internos de una prisión, mientras afuera el sol brillaba para nadie. Rafael ya no es joven. Los hijos y los nietos lo visitan con frecuencia. “Cuando tú quieras, Rafael, estaré encantado”. Fue entonces cuando me habló de los Morriones, un lugar fronterizo entre Córdoba y Obejo, en Cerro Muriano. Nunca había escuchado ese nombre. Morriones.
Hace unas semanas llamaron a la puerta y era Rafael con el libro en la mano. Desde su primera página quedan claras sus intenciones, la de dejar constancia de un lugar y un tiempo. Explicar con todo detalle quiénes eran esas familias, por qué llegaron allí y qué ha sido de ellos. Hombres y mujeres que salieron adelante en un tiempo crudo y hostil, pero también aquellos que se quedaron por el camino.
Morriones no tiene artificio. Contiene verdad y por eso emociona. Sin ese trabajo generoso y honesto todas aquellas vidas habrían acabado en el vertedero del olvido.