Tres puntos de oro para el Real Murcia ante el Recreativo Granada

Murcia

El Real Murcia viajaba a Granada para enfrentarse al filial nazarí, un rival directo por la ansiada tercera plaza, con tres nombres propios: Nereo Champange y Adán Gurdiel, los dos nuevos fichajes que además entraron en el once de Adrián Hernández, y el de Rafa Chumbi, que se quedó fuera de la convocatoria tras pedir salir del club por la oferta del Marbella.

Saltó al verde la ciudad deportiva del Granada un Real Murcia con Nereo Champange en portería, línea de cuatro atrás aunque con mucha profundidad de los laterales Gurdiel y Baro con Edu Luna y Miguel Muñoz en el centro de la zaga, centro del campo para Abenza y Youness con Palazón por delante. Bandas para Segura y Pedrosa con Toril de referencia.

Arrancó el encuentro con ambos conjuntos midiéndose aunque con el Murcia algo más expeditivo hasta que pasados diez minutos los murcianos se hicieron dueños del encuentro. Aunque sin ocasiones claras, los tirones eran claros, por ambas bandas y con notables actuaciones de Abenza, Youness y Palazón.

Hasta que en el minuto 23 el Real Murcia marcó el mejor gol en combinación de toda la temporada. Jugada que empieza por la izquierda, regreso al centro con cambio de orientación para Palazón, que combina con Gurdiel que centra, Pedrosa la deja pasar y Alberto Toril acompaña para hacer el 0-1.

Pedía Adrián Hernández concentración tras el gol grana para que no sucediese lo de la primera vuelta, que los nazaríes empatasen en la jugada siguiente. Eso no ocurrió, pero la tensión excesiva provocó que el Recreativo Granada se adueñase del control.

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No hubo ninguna ocasión destacable salvo un despeje de Champange que se jugó el tipo poco antes del descanso. La segunda parte se inició como la primera: caos instalado en el ida y vuelta de los primeros instantes. El Real Murcia jugaba con el marcador y obligó a dar un paso adelante a los granadinos. Error.

El Real Murcia desapareció en control aunque tuvo un remate de Toril al saque de esquina que salvó Montoro sobre la línea. Después, las ocasiones del Granada empezaron a repetirse. Primero una de Nuha y poco después fue Migue el protagonista. El miedo se instalaba y más con el recuerdo de la jornada anterior.

Una estúpida amarilla que se ganó Toril propició su cambio y a partir de ahí el partido se convirtió falta tras falta, interrupción tras interrupción y tarjeta tras tarjeta. Los minutos pasaban y el marcador no se movía. El minuto de infarto se produjo en la última jugada con un disparo en una acción trabada que golpeó en la mano de Antonio López aunque el colegiado no señaló la pena máxima. Final, tres puntos y a seguir luchando por la tercera plaza.