El rescate de la SEPI a Duro Felguera se concretará este mes e implicará cambios en la gestión de la compañía

Gijón

Duro Felguera afronta semanas decisivas. La ingeniería asturiana está pendiente de un rescate por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales que, si nada se tuerce, será oficial este mes y llevará aparejado un cambio en la dirección. Su delicada situación financiera ha dejado bajo mínimos la carga de trabajo en su taller de Gijón.

La empresa espera una inyección sobre la bocina de 120 millones para esquivar el concurso de acreedores. Según las últimas informaciones, la SEPI responderá favorablemente a la solicitud del grupo de ingeniería y bienes de equipo para la entrada de este organismo en su capital. Se producirá en cuestión de semanas y conllevaría cambios en el equipo directivo con el fin de reflotar la compañía. Y todo después del fracaso de las negociaciones de la actual cúpula para dar entrada a nuevos inversores.

La incertidumbre entre la plantilla es máxima. En el Tallerón de Gijón son varios los proyectos paralizados o ralentizados como consecuencia de una situación que el presidente del comité de empresa, Javier Rodil, considera límite.

Uno de los grandes planes de expansión sobre los que viene trabajando la empresa está en las energías renovables y los sistemas inteligentes. Duro Felguera, con 162 años de historia, está inmersa en una crisis que arrastra desde 2018 y que, con el coronavirus, se ha acelerado hasta dejarla al borde de la quiebra. Huida de inversores, paralización de las obras, caída de proyectos o dificultad para cumplir los contratos. Con este panorama, las administraciones ven la participación estatal como la única opción para lograr la continuidad de la compañía.