Diez años después de Ley Antitabaco de 2011, el 25% de los vascos siguen fumando

Bilbao

El 2 de enero de 2011 entró en vigor la última reforma realizada a la legislación que regula el consumo de tabaco en España. Diez años después —y con una pandemia de por medio—, el porcentaje de población fumadora en Euskadi se mantiene en el 25%. Unas cifras no muy lejanas a las de hace 25 años, cuando el consumo de tabaco estaba lejos de tener la regulación de ahora.

Sin embargo, cuando quedan ya lejos las polémicas de las salas de fumadores, el consumo de tabaco en interiores y los asuntos que tanto revuelo causaron cuando se plantearon estas regulaciones... la gente que fuma sigue siendo prácticamente la misma. La ley no parece haber servido a su propósito y por eso Joseba Zabala, portavoz de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo, habla de un texto legal "muerto por inanición".

Y es que en estos diez años, el texto aprobado por el Congreso de los Diputados no se ha reformado a nivel nacional. Sólo se han hecho modificaciones en los ámbitos autonómicos. Es el caso, por ejemplo, de la Ley vasca de Adicciones, aprobada en el Parlamento vasco en 2016 y que fue llevada por el Gobierno central al Tribunal Constitucional, que acabó dándole la razón a la Cámara de Vitoria.

Zabala ha aplaudido buena parte de los aspectos recogidos por una legislación vasca que añade la prohibición de fumar en espacios polideportivos como los estadios de fútbol y que, entre otras cosas, equipara al cigarrillo electrónico con el tabaco tradicional.

Sin embargo, el portavoz de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo cree que se han quedado en el tintero asuntos pendientes como garantizar el cumplimiento de esa ley autonómica. Un ejemplo del incumplimiento es que se sigue fumando en las paradas de los servicios de transporte público. Zabala también explica que la poca rotulación está siendo un desincentivo para que la gente cumpla la ley.

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La prevención escolar, una tarea pendiente

Además, la legislación autonómica, a su juicio, debería reformarse e incluir medidas como la creación de playas sin humo o la mejora de la prevención escolar. En este último capítulo, Zabala propone crear unos perímetros libres de humo en torno a "centros comunitarios como los colegios o los centros de salud".

Precisamente ese es uno de los apartados que más ha influido en que la legislación estatal haya fracasado: no se ha conseguido evitar que los más jóvenes se inicien en el consumo de tabaco. Para Zabala, esta juventud con tantos fumadores tiene mucho que ver con la facilidad que tienen para acceder a los cigarros, con el consumo de cannabis y con las redes sociales.

El médico especialista en salud pública también opina que sería importante que el Estado se plantease en sus planes de actuación el objetivo del consumo cero de tabaco. Un logro que otros países europeos se han propuesto para 2030 y para el que han adoptado medidas como la estandarización de los paquetes de cigarrillos —en Francia, por ejemplo, todos los paquetes lucen un color negro verdoso, caqui y emplean la misma tipografía—, el aumento del precio del tabaco o la aplicación de impuestos a la propia industria tabaquera.

Y es que en estos diez años desde la última regulación del tabaco, en España 550.000 personas han perdido la vida a consecuencia del tabaquismo: 55.000 cada año, 150 cada día. De esas muertes anuales, alrededor de 2.500 se dan en Euskadi.