El Algeciras CF se escapa del pelotón (2-0)
Los albirrojos doblegan al Cádiz B y se asientan en el liderato
CRÓNICA (Por Iván Barreno). Como si de una carrera ciclista se tratara, el Algeciras C.F. ha realizado su particular cambio de ritmo, imprimiendo una velocidad más, lo que le sitúa más líder si cabe, a seis puntos del segundo clasificado, el San Fernando C.D. . Y todavía queda un partido pendiente, el que le enfrentará a la Balompédica Linense. Los de Salva Ballesta demostraron tener esa esencia que sólo parecen tener los grandes líderes, un aura protectora que en partidos difíciles les ayuda a salir victoriosos.
Lo cierto es que no pintaba bien el comienzo del partido. Los jugadores del Algeciras salieron fríos como la mañana en el Nuevo Mirador, no sabemos si con la consigna de querer hacer un partido largo, sin prisas, o porque el Cádiz B, equipo muy serio y llamado a estar arriba, se presentaba con una marcha más, con hambre y ganas por arrebatar los tres puntos a los algeciristas.
Así, la primera parte dio comienzo con ambos equipos bien plantados, un Algeciras pausado y los cadistas dominando la medular. Fruto de esta mayor presencia de centrocampistas fueron las internadas por ambas bandas. Primero fue Boselli el que generó peligro, un jugador que en banda derecha se mostró muy activo y con calidad, al menos hasta que las fuerzas le permitieron. Tras él, tomó el testigo Mamady Diarra, quien forzó a Álvaro Alcázar a darlo todo para defender la internada.
Ambas ocasiones acabaron sin remate. Estos dos extremos fueron los que llevaron el peso ofensivo de los canteranos, beneficiándose de una estrategia que les permitía ser dueños del centro del campo y tocar la pelota con más opciones y recursos. El Algeciras, con dos puntas en esta ocasión, tuvo ciertas dificultades a la hora de repartirse las tareas en la media, lo que dio como resultado una primera parte obtusa como pocas, muy desacertada.
El Algeciras trataba de disputarle el balón a los del Cádiz, que eran los que encontraban más soluciones. Pese a todo, el equipo local encontró una ocasión, la más clara de la primera parte, en una falta lateral que Flere no acierta a atajar y tras un barullo en el área, acaba con una pierna de Ubis, imposibilitado para darle fuerza a la pelota, impacta con la pelota que fue sacada justo en la línea de gol, provocando el consiguiente reclamo por parte de la grada. El Cádiz atacaba, sin encontrar rematador que finalizara, y el Algeciras avisaba de que cuando pica, es peligroso. Los primeros 45 minutos acabaron con un aviso de los amarillos, que tras una llegada por banda y un despeje corto encuentran una pelota en la misma línea del área y en botas de Duarte, quien remató pegado al poste, por fuera.
Sensaciones difíciles para el aficionado y el equipo. No carburaba el líder, se producían controles largos, pases desacertados y falta de precisión. Parece que el sistema no acompañaba y pese a que Salva estuvo tratando de buscar soluciones permutando a Álvaro Romero y Juan Serrano, el centro del campo estaba más pendiente de sus obligaciones defensivas y sin frescura e ideas en ataque. Sin embargo, la solidez defensiva, algo destacado por el propio entrenador, permanecía intacta.
La segunda parte no empezó con distintas emociones. Mamady Diarra seguía infringiéndole a Álvaro Alcázar su particular calvario, gambeteando y saliendo con velocidad, llegando a la línea de fondo pero sin encontrar puerta. Se notaba que los del filial cadista venían a por los 3 puntos y habían sido arengados por su entrenador, un Juan Manuel Pavón muy activo durante todo el encuentro, a veces hasta pasado de revoluciones.
Entonces fue cuando el entrenador algecirista hizo su movimiento clave que le posicionaría de cara a ganar la partida. En el minuto 51 dio entrada a Raúl Hernández, ya totalmente recuperado y en forma, como pudo verse. Salió para sustituir a un desdibujado Álvaro Romero, voluntarioso pero poco acertado en el día de hoy. Este cambio de fichas supuso un cambio en la estructura del equipo, que pasó a formar con cinco centro campistas, la banda izquierda para Hernández, hecho que dotó de sosiego y presencia en el centro del campo. De este modo, el Algeciras comprimió el terreno en el que se jugaba, dominando la pelota y sometiendo poco a poco los amarillos, que se despidieron del dominio inicial. Este Algeciras es reversible, y si no funciona del derecho, te lo pones del revés.
Las dos primeras carreras del jugador recién entrado dieron aire y valor a los locales. Ahora era su turno. Estas dos internadas, a grandes zancadas, dieron paso a un balón que en el borde del área llega a Juan Serrano que, tras controlar y en un movimiento rápido con los pies, ejecuta tan pegado al palo que es imposible para Flere. Latigazo de un jugador que se encontraba con menos obligaciones defensivas, más liberado, gracias al cambio de esquema. La superioridad algecirista era manifiesta y de hecho pudieron ser muchos más goles de haber estado acertados. Edu Ubis tuvo un centro medido por parte de Raúl Hernández pero el riojano no acertó entre los tres palos. Se encontraba cansado el delantero, por lo que Salva Ballesta dio entrada a Marcos Mendes, puro músculo para enfrentarse a la zaga del Cádiz B, equipo que comenzaba a notar la falta de tono físico, quizás fruto del confinamiento reciente.
El Algeciras entonces se encontró más a gusto con un solo delantero, agazapado, bien armado, pendiente en las ayudas y con un sacrificio en defensa que es la base de su liderato. Los cadistas, enrabietados, cogieron de nuevo la pelota y se mostraron con ganas de desbordar, primero por la banda de Alcázar y luego por la de Espejo, inconmensurable todo el partido. Muy a su pesar, el líder se encuentra cómodo saliendo a la contra de manera rápida, y disponía de jugadores frescos para ello con Dani Sales, Hernández y el propio Mendes, quien finalizó de cabeza una de estas salidas en desbandada, con un remate que rebotaba en Saturday para acabar alojándose en la red. El líder ganaba 2-0.
La personificación de la frustración cadista fue Peter, jugador que tras ver la segunda amarilla en una entrada fuera de tiempo tuvo que irse a la caseta con anticipación. El público que allí se dio cita, 400 espectadores, empujaba a los suyos, desquiciando a los de la cantera cadista, que no encontraban la manera de dañar la férrea defensa algecirista. El partido acabaría con ciertas jugadas de peligro para los amarillos pero sin un resultado positivo. El entrenador local dio entrada a Yelko Pino, un somnífero para las pretensiones visitantes, un jugador al que se le vio con ganas y que está llamado a ser más protagonista en el futuro.
Cuando el árbitro pitó el final, el aficionado algecirista se percató del acelerón metido por su equipo, un líder que escapa en solitario, reversible y peligroso como pocos. Un asesino implacable que si se le encasquilla la pistola, saca la navaja y te mata. Este equipo tiene muchos recursos, una segunda línea goleadora que compensa la sequía de sus delanteros, distinas formas de jugar gracias a un técnico enamorado de la estrategia y, sobre todo, una cara de superior categoría. En Córdoba ya miran la distancia de puntos con respecto a la segunda fase de la temporada…
FICHA TÉCNICA
ALGECIRAS CLUB DE FÚTBOL (2): Guille Vallejo; Alcázar, Fran Serrano, Robin, Dani Espejo; Álvaro Romero (m.52, Raúl Hernández), Juan Serrano (m.84, Dani Sales), Corbalán, Iván Turrillo, Llinares (m.84, Yelko) y Edu Ubis (m.72, Marcos Mendes)
CÁDIZ CLUB DE FÚTBOL B (0): Flere; Saturday, Lautaro, Duarte, Nieto, Javi Pérez (m.65, Chapela), Sergi, Diarra (m.65, Vázquez), Boselli (m.80, Kensly), Peter y Javi Martín (m.86, Marc Baró).
ÁRBITRO: Peña Varela, de Sevilla. Amonestó por parte local a Iván Turrillo y por parte visitante a Sergi Fernández. Expulsó por parte visitante a Peter en el minuto 78 por doble amarilla.
GOLES: 1-0 (m.57, Juan Serrano); 2-0 (m.78, Marcos Mendes).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la séptima jornada del subgrupo 4-A de Segunda División B disputado en el Estadio Nuevo Mirador ante 400 espectadores.