Imanol Arias: "Lo importante es que este arte sigue interesando"
El actor ha destacado en una entrevista a la Cadena SER de Aranda que hay un "nuevo estado del teatro que nutrirá mucho y dará muchos impulsos al nuevo teatro"
Ha destacado su vínculo con Aranda de Duero en un paso inevitable entre su origen y su identidad en 48 años de viajes entre Eibar y Madrid
![El actor Imanol Arias repasa en la SER la actual situación del teatro tras el regreso a los escenarios en este tiempo de pandemia](https://cadenaser.com/resizer/v2/SEG3YUNZVBIXRLYZXQIS7KBHIA.jpg?auth=383fca2b2ee3232a86483897d05f546f91e3b259da4e6f1d9a9602b750395ce8&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
El actor Imanol Arias repasa en la SER la actual situación del teatro tras el regreso a los escenarios en este tiempo de pandemia
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Aranda de Duero
Imanol Arias vive y disfruta en el escenario. Basta una conversación con él de unos pocos minutos para contagiarse de la esencia del teatro y, en general, de cualquier arte escénica. Actor de raza, artista de vocación y muy sensibilizado con la dureza con la que que la pandemia está castigando a todo su sector, solidarizado con los que son más visibles como actores y actrices y con quienes están sufriendo aún más las acometidas de las restricciones adoptadas en la lucha contra el Covid 19 y que son parte esencial de cualquier proyecto artístico.
El actor visita Aranda de Duero este jueves para representar la obra El Coronel no tiene quien le escriba y ha tenido la amabilidad de reflexionar en voz alta en los micrófonos de la SER en Aranda sobre cómo se han adaptado a unos tiempos complejos, tanto en la parte estrictamente profesional como en lo que económicamente les está afectando a quienes viven de, por y para las artes escénicas.
Imanol Arias, ha valorado en el regreso de los espectáculos tras la primera ola de la pandemia "la verdadera esencia del teatro como acto de comunicación con el público. Los teatros han estado siempre llenos en la medida que ha sido posible. La otra parte, la numérica, el espectáculo del teatro es como una ceremonia de aquelarre que da igual que sean cincuenta, que cien o cinco mil. En la parte teatral, volvemos de nuevo a la ilusión del camino, y por eso hay que ir a lo importante y no a lo urgente. Lo urgente significa que se merma todo, hay más dificultades. Pero lo importante es que seguimos vivos, y que el arte sigue interesando".
Lo reducido de los aforos por las exigencias de las circunstancias actuales no están influyendo en los artistas: "La ceremonia teatral con un teatro lleno, en la antigua normalidad, tenía una serie de expresiones irrespetuosas porque sonaban móviles muchas veces y nosotros mismos también. Ahora, hay un silencio y llegas a notar respiraciones que van contigo. Esa es la única verdad de la que no te hace falta salir. Son ellos los que sonríen sin que tú lo fuerces y, al final, han estado seguros, se han sentido bien y aplauden muchísimo. Ahora acaba todo con una ceremonia teatral en un estado nuevo, que no es de que el espectador te devuelva su disfrute, estás con él".
Respecto a las dificultades económicas por las que atraviesa todo el sector, Imanol Arias pone en valor que forman parte de una profesión de gran inestabilidad: "leí una estadística que reflejaba que solo un diez por ciento de la profesión vive de ella. Vivir de ella es que puedas pagar el alquiler de tu casa, mandar al colegio a tu hijo, pagar tus cuotas de internet y la luz y, como decía el gran Fernando Fernán Gómez, el teatro también da para los taxis, y como los actores somos unos cabrones, nos gusta después de cenar volver a casa en taxi. Bueno pues el teatro tiene que dar para el taxi. Está el entramado industrial alrededor de las artes escénicas que es donde están sufriendo mucho y solo piden que sean tratados como cualquier trabajador en la que su profesión se ha paralizado. Ahora, te digo sinceramente tal y como están ahora las cosas, nosotros, como ocurre con el resto de trabajadores, lo más importante es que se mantenga el trabajo y luego hay dificultades pero, la merma no nos quita ni un ápice de entrega ni de ganas ni de la sensación de que estemos vivos y trabajando".
Y pese a las dificultades, incluso siendo una profesión tan inestable, muchas veces falta de continuidad, genera un gran magnetismo porque sigue siendo muy vocacional "aunque no noto ya tanto la influencia primogénita. Nuestra generación, yo soy actor profesional desde los 18 años, ya desde los 7 años tengo alguna referencia y soñé con serlo desde los 14 años, el teatro era la referencia, yo fui donde me formé. El teatro es esa vitamina. Quizá ahora los jóvenes ven en las nuevas series la posibilidad de arrancar, pero siempre su vuelve al teatro".