Samaín, ¿tradición o invento?

A Coruña

Calabazas talladas que iluminan la oscuridad de la noche, esqueletos que lucen sus huesos blancos, santas compañías que vagan por campos de niebla. Vampiros, murciélagos y hombres lobo. Samaín o Halloween han consolidado la noche de difuntos como una noche festiva más, con el constante debate en Galicia: ¿tradición o invento?

El antropólogo y profesor de la USC Xosé Ramón Mariño Ferro considera que en lo que hoy celebramos como Samaín hay una fusión de pasado y presente. "Empezando por el propio concepto, el Samaín, que surge en el siglo XX para dar nombre a una celebración con larga tradición en Galicia". Porque la noche de difundos era, ante todo, una noche de recuerdo a los muertos y celebración de la vida.

Ese mismo fuego purificador que podemos ver en una celebración como el San Juan, que se festeja en la noche previa al día santo. La recuperación de esta tradición en Galicia se debe en buena parte a los vecinos de Cedeira, que desde hace 30 años celebran Samaín como una fiesta más de este pueblo. Carlos Labraña, de la Asociación de Amigos do Samaín de Cedeira, recuerda que en ese momento "empezaba a llegar la tradición de Halloween desde EEUU".

El orígen de la noche de difuntos no está del todo claro. Sin embargo, distintos territorios, paises y regiones comparten unas tradiciones que son comunes a esta celebración, por ejemplo "el tallado de calabazas". Otro elemento de esta noche, que no es exclusivo de la tradición gallega es la Santa Compaña. Ese grupo de personas que se mueven errantes por la tierra a la espera de perdón, que caminan sin estar vivos, pero tampoco del todo muertos y de los que encontramos simbología en el Camino de Santiago o ese viaje que en muerte o envida debemos hacer a San Andrés de Teixido.

La muerte y todo lo que la rodea, su componente cultural en Galicia "también distingue de entornos urbanos y entornos rurales". Estos últimos "más abiertos a hablar de la muerte", en opinión de Mariño.

Únete al canal de WhatsApp de la SER