Kalinic lidera una remontada en el último cuarto para salvar los muebles ante el Zaragoza

Valencia

Cuando todo apuntaba a otra edición en al Fonteta de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la noche terminó en remontada épica para salvar los muebles y, de paso, alejar fantasmas en torno a Jaume Ponsarnau. Así pues, se cierra una semana fantástica: a la espectacular victoria en Kaunas se le une una victoria con demostración de poderío ante el Casademont Zaragoza. Eso sí, la exhibición sólo en el último cuarto y liderada por cinco hombres (Hermannson, Marinkovic, Kalinic, Labeyrie y Dubljevic); en los tres cuartos anteriores, el partido apuntaba a drama con una desventaja que en todo momento rondaba los 15-20 puntos. Pero cuando aparecen la calidad y la garra de Kalinic y sus 'socios', las probabilidades de victoria se disparan. Y así sucedió.

Cansancio, desconexión, desmotivación... Cualquiera de estas palabras sirve para definir el papel defensivo del Valencia Basket en los primeros cuartos. Se pudo notar desde los primeros minutos, en los que Seeley y Barreiro acribillarron a los taronja desde la línea de tres, para terminar el primer cuarto con un 17-27 que lo resume todo.

Con la misma tónica transcurrió el segundo cuarto, con Kalinic descansando y con Williams, Tobey y San Emeterio completando un partido pésimo en tareas defensivas: la prueba, los rebotes y los balones divididos que se llevaron siempre los aragoneses. El ex taronja Hlinason puede dar buena prueba de ello. Al descanso, 39-55.

Tras el descanso, viendo el desastre defensivo de los cuartos anteriores, Ponsarnau tuvo que echar mano del hombre clave en Kaunas. Más descansado, llegó el momento de Kalinic, que sujetó al equipo junto al acierto exterior de Hermannson y Labeyrie. Pese a esto, el Zaragoza, liderado por Ennis, no fallaba y se fue con un +12 al final del tercer cuarto: 62-74.

Todo apuntaba a derrota clara taronja... pero ya saben qué pasa con los equipos grandes (y el Valencia Basket lo es), que son como los estudiantes que se lo dejan todo para última hora y aprueban los exámenes cuando todo apunta a un suspenso. Y esto ocurrió: remontada en el último cuarto para salvar los muebles. Pero esto no se hace solo. Y aquí hay que señalar principalmente a dos 'culpables': la conexión balcánica que forman la garra de Kalinic y la calidad bajo al aro de Dubljevic, que se guardó la gran parte de sus 21 puntos para los últimos minutos. Y a estos dos, se sumaron, con un papel decisivo, para formar el quinteto de la remontada, con otro balcánico, Marinkovic, Hermannsson y Labeyrie. Al final: de la tragedia de los tres primeros cuartos se pasó a una heroica remontada en el cuarto (parcial 31-10) para terminar 93-84.

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