El Córdoba se estrena con victoria (1-0)
Los de Juan Sabas cuajaron un partido más bien flojo, jugando en muchos momentos a medio gas ante un rival que rozó el empate tras las ocasiones falladas por los blanquiverdes. Toca mejorar si se quiere soñar con lograr el objetivo
Córdoba
Cuando se espera siete meses para volver a disfrutar de un partido de competición oficial, parece como si todo fuese perdonable. Había ganas de fútbol y de vivir, aunque fuese a través de la televisión, la tablet o la retransmisión de la radio; la pasión del fútbol en directo. Si a todo eso se suma que el Córdoba marcó su primer gol de la temporada cuando apenas habían pasado cinco minutos, la tarde presagiaba festival. No fue así.
Pasada la emoción inicial de escuchar el himno y de ver los colores blanquiverdes en su reino, llegó el primer golpe de realidad de la temporada. Hay mucho por mejorar si de verdad el Córdoba quiere aspirar a todo este año.
Se ganó al Lorca por un gol a cero, que era el objetivo principal, pero no fue ni mucho menos una buena versión del equipo de Sabas, a pesar de que mereció ganar con algo más de holgura. No se jugó bien, se creó muy poco fútbol de ataque y se fallaron un par de ocasiones muy claras. Enfrente, un rival muy flojo en ataque, pero que estuvo a punto de empatar el partido con un balón al poste cuando quedaba muy poco tiempo.
Jugando así, otra tarde se podría pasar bastante peor, pero lo cierto es que esto no ha hecho más que empezar y que a este equipo aún le queda tiempo para acoplarse mejor y ofrecer mejores prestaciones. Plantilla y calidad hay de sobra para ello.
De momento, los primeros tres puntos ya están en el bolsillo y eso quizá sea lo único importante. Hay margen de mejora, pero desde la atalaya de la victoria, todo se ve mucho mejor.
Próxima parada: Yecla.
Lo mejor: La sobriedad defensiva del trío Djetei, Bernardo y Mario Ortiz. Las ráfagas de calidad arriba, que dieron la sensación de que si el Córdoba apretaba, podría marcar en cualquier llegada. El gol de Piovaccari.
Lo peor: Poca producción ofensiva y la sensación de jugar a medio gas. El equipo creó el fútbol justo y dejó demasiado balón a su rival. La confianza estuvo a punto de costarle caro.