Óliver Laxe contento al ver lo " feliz " e "identificado" que está el público con el éxito de "O que Arde"
Lugo
Al director de la premiada "O que Arde", Óliver Laxe, no le ha cambiado la vida con esta película, que también encumbró a Benedicta Sánchez, y tampoco la altera con la precandidatura a los Óscar por España, junto con "El Hoyo" y "La trinchera infinita".
Óliver Laxe valora la preselección a los premios Óscar por "O que Arde"
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Desde su refugio en el Val do Rao, en Navia de Suarna de donde es originaria su madre y tras ser recientemente declarado Hijo Adoptivo por este concello donde quiere echar raíces, sigue los acontecimientos sin perturbar en nada su rutina.
Ya hablando con él vía telefónica desliza que "tal vez no tenga" buena cobertura, dado que está haciendo una ruta a caballo por esa zona de los Ancares lugueses.
Confiesa que se siente satisfecho tras la nominación aunque se sincera y suelta que "aún quedan muchas fases", hasta la nominación por España para desfilar por la alfombra roja de la meca del cine.
"Es bonito ver a la gente feliz e identificada con la película, con la candidatura. Eso es hermoso", celebraba Laxe que cuenta con 38 años y una dilatada experiencia como actor y ahora director de cine.
Reconoce el cineasta, nacido en París pero con ascendentes en Navia de Surana, que la película que fue premiada en Cannes le ha supuesto "un antes y un después, en el sentido que es la primera película que hice en España después de diez años y eso se nota".
"Es una película hecha en casa, y la identificación con el público es más fácil con lo que haces, esa comunión con el público sí que fue muy hermosa y a un autor lo deja muy tranquilo cuando ves que el trabajo que hiciste sirvió para algo", subraya.
Laxe se afana en dejar claro que la aclamada "O que Arde" en absoluto le ha cambiado la vida", él lo interpreta de otra forma porque fue "un paso para estar de camino de vuelta a la casa que estoy haciendo".
Y es que se ha asentado en ese lugar de la montaña de Lugo, en el Val do Rao, donde colabora con el Centro de Desarrollo Rural de los Ancares. Eso no lo cambia ni por un Oscar, en este caso en la categoría de mejor película extranjera.
No obstante, Óliver Laxe admite que con la película se desplegaron "muchos alicientes", y la precandidatura "es como un extra que hay que agradecer".
Utiliza un símil futbolístico, el que apadrinó en su día Simeone de "partido a partido" que aquí se convierte en que "hay que ir película a película", para a renglón seguido aseverar que “tampoco” tiene “ganas de convertir el cine en una profesión”. “No quiero hacer películas por hacer. Yo no soy de Galicia cantidad, soy de Galicia calidad. De momento estoy bastante tranquilo con el centro de Desarrollo Rural en Os Ancares que es donde me cargo de energía”, exterioriza finalmente para seguir su camino a caballo por esos bonitos parajes de la montaña luguesa.