Cae en un 60% la ocupación de las casas rurales de la Ribera en el puente del Pilar
Mientras que otros por estas fechas todos los alojamientos se encontraban completos este año la demanda solo ha cubierto el 40% de sus plazas
![Entrevista Ana Belén Velasco, secretaria de ACRIDUERO, sobre el impacto de la pandemia en temporada alta para el turismo rural de la Ribera del Duero](https://cadenaser.com/resizer/v2/RCSKLMFYEJJQHOVMJ3X2LKMYCU.jpg?auth=112242256991d6a87b0beae3d4f89a36d507d0fc41d79ab7b1ce2b5e65e9dc5b&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Entrevista Ana Belén Velasco, secretaria de ACRIDUERO, sobre el impacto de la pandemia en temporada alta para el turismo rural de la Ribera del Duero
10:54
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
RIBERA DEL DUERO
También el turismo rural acusa el impacto de la pandemia y sobre todo de sus efectos colaterales: en plena temporada alta del enoturismo y con un atractivo como el puente del Pilar las casas rurales de la Ribera del Duero solo tienen reservado un 40% de sus alojamientos, lo que supone una severa caída del 60%on respecto a anualidades pasadas, en las que en estas fechas era imposible ya encontrar un solo hueco. Pese a que en alguna ocasión las plazas libres se deben a cancelaciones de última hora un 30% de los alojamientos de la comarca no han contado ni siquiera con una primera reserva. "Es lo que más nos ha sorprendido" explica Ana Belén Velasco, secretaria de ACRIDUERO, la asociación que reúne a las casas rurales ribereñas
Aunque la pandemia está en el origen de esta drástica caída de la demanda en el turismo rural las causas parecen ser multiples: ha habido alguna cancelación de grupos provenientes de Palencia y sobre todo de Madrid, uno de los mercados mayores del turismo rural ribereño y cuyo confinamiento se extiende durante el puente el Pilar. Pero también afecta al sector estar en inferioridad de condiciones para competir con destinos de playa que están bajando los precios hasta niveles imposibles de alcanzar en el turismo rural. También ha corrido en contra el propio confinamiento de Aranda en el mes de agosto, que ha estigmatizado no solo a la capital ribereña, sino a su entorno, provocando que los turistas opten por otros destinos. Unos factores que solo han podido ser contrarrestados en parte por el indudable atractivo de la vendimia y el paisaje otoñal que han sido las mejores bazas en anteriores temporadas. Este año no ha sido tanto el enoturismo, sino la posibilidad de pasar tiempo al aire libre en espacios naturales lo que ha animado a los grupos o familias que acudirán durante el puente a las casas rurales ribereñas, entre los que ha aparecido un nuevo perfil: jóvenes del entorno cercano que buscan un punto de reunión ante las restricciones del ocio nocturno.
El del Pilar era uno de los periodos más fuertes del año para este sector, y el comienzo de un periodo de gran actividad, con dos puentes más en otoño y las fiestas navideñas para las que las reservas comenzaban en agosto. Este año el panorama se presenta mucho más incierto: de momento no hay demasiadas consultas para las fechas mencionadas, por lo que el sector asegura que solo se plantean el día a día. "Otros años ya teníamos reservado el puente de noviembre y tendríamos consultas para diciembre y Navidad, porque para Nochebuena o Nochevieja la gente ya empieza a organizarse a finales de agosto. Pero este año, no" asegura Ana Belén Velasco. "Este año vamos día a día. Ahora estamos trabajando para el puente y luego pensaremos en el siguiente fin de semana: qué tenemos y qué no, quién ha reservado... Día a día, sin plantearnos ningún futuro más allá."