Humanidades, fronteras y apertura mental
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Humanidades, fronteras y apertura mental. Firma de opinión de José Carlos Ruiz. Hoy por Hoy Córdoba
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Córdoba
El viernes pasado le pedí al músico Marwán que escogiese el transporte que mejor simbolizara su vida y sin dudarlo me dijo: la música. Pero bien podría haber dicho la literatura, el teatro, la filosofía, el cine, la ópera, el ballet, la historia, la poesía, la pintura, la escultura, la arquitectura… porque si algo ofrece la cultura es la capacidad de transportarnos, de viajar.
La experiencia del viaje solo nutre si se transforma en sabiduría, de lo contario no irá más allá del turismo. Y para que esto ocurra es necesario que el viaje nos transporte a un lugar mental distinto del que uno está. El turista viaja pero no se transporta, la turbotemporalidad, las rutas programadas de antemano, los tickets reservados, los horarios marcados,… apenas dejan espacio para el asombro.
Tradicionalmente el viaje ha sido un elemento esencial en la formación del hombre. Si se realiza desde la honestidad del descubrimiento la persona que vuelve tras un viaje no puede ser la misma que partió. Aristóteles con apenas 17 años, y habiendo sido un estudiante ejemplar de medicina de la mano de su padre, marchó desde Macedonia hacia Atenas. Aquel viaje en solitario duró 2 meses y cuentan que durante el trayecto puso en práctica sus conocimientos de medicina salvando la vida a uno de los pasajeros. Al poco tiempo entró a formar parte de la Academia de Platón para dedicarse a la filosofía, gracias a lo cual, sus ideas han viajado en el tiempo a través de los libros.
Ahora que el COVID-19 nos empuja al sedentarismo no sería mala idea rescatar la relación entre viajar y transportarse poniendo de nuevo el acento en el aspecto formativo que nos ofrecen las Humanidades, donde el único equipaje que se precisa es la apertura mental. Igual, con un poco de suerte, logramos acercarnos al cosmopolitismo y derrumbar fronteras.