París se asoma al paisaje de Cuenca a través de los cuadros de Fernando Zóbel

Cuenca

La galería de arte Mayoral expone en su sede de París la muestra Zóbel-Chillida. Caminos cruzados hasta el 9 de enero de 2021. Como explica el comisario de la exposición Alfonso de la Torre “es una pieza separada de la historia porque nunca había estado narrada” como nos ha contado en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca que hemos compartido también con el profesor, crítico cultural y colaborar del programa, Jorge Monedero.

Fernando Zóbel y Eduardo Chillida habían nacido en 1924 pero tuvieron que pasar 40 años hasta que se encontraron. Por aquel año 1964 ambos ya estaban consolidados como grandes artistas, uno en la pintura, el otro en la escultura. Zóbel estaba inmerso en ese tiempo en crear el que sería el Museo de Arte Abstracto Español de las Casas Colgadas de Cuenca y contactó con Chillida para encargarle una escultura para ese museo. “Ambos tenían muchas notas en común”, apunta De la Torre, “un cierto alejamiento y encierro que habían padecido, Chillida en París y Zóbel durante sus estudios universitarios; ambos con intereses comunes como las culturas primitivas, Zóbel por el mundo oriental, Chillida por las esculturas de la Cícladas que ve en el Louvre. Cuando se conocen, Zóbel cuenta que se encuentra con alguien a quien no conoce personalmente, pero tiene la impresión de haberle conocido siempre. La amistad duró toda la vida”.

El precio de una escultura

Cuando entramos en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, la primera obra que recibe al visitante es la escultura de Chillida Abesti gogorra, aquel encargo de Zóbel de 1964.

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Detrás hay una historia curiosa que se cuenta en las cartas que el pintor envió al escultor. “Chillida y su mujer habían llegado a Cuenca invitados por Antonio Saura. Zóbel conoce al artista vasco y decide encargarle una escultura para su museo. En las cartas, el pintor, abiertamente y con una educación y un respeto exquisito, le dice que dispone de 250.000 pesetas y que busque y adecúe una obra al presupuesto que se puede gastar. Sé cuál es tu prestigio y tu cotización, pero este es el dinero del que dispongo, le dice”, apunta Jorge Monedero. “Posteriormente, Zóbel vuelve a escribirle y le cuenta que, con motivo de una exposición en Madrid estaba vendiendo cuadros y podía subir el precio de la escultura a 350.000 pesetas”. A esto, apunta De la Torre, “en sus diarios añade Zóbel ‘acabando por completo con mis recursos’, los que tenía en aquel momento para la adquisición de obras de arte”.

Caminos cruzados

La exposición que ahora podemos ver en París se mostró ya en la sede de la galería de arte Mayoral en Barcelona en 2019 y “pone de manifiesto los vínculos creativos y vitales existentes entre ambos artistas”. Junto a una decena de esculturas de Chillida se puede ver una docena de óleos de Zóbel. “Es todo un recorrido zobeliano que podemos decir que habla de Cuenca”, explica el comisario de la muestra. “Pode os ver desde cuadros de la serie Orillas del Jucar hasta otros que refieren sus veranos en Cuenca con paisajes del entorno, y hay pinturas como Péndulo veneciano, Cuatro semanas o Plaza de Pilatos que constituyen casi un recorrido antológico. La muestra ha sido muy bien recibida, en parte porque hacía unos treinta años que no se exponían cuadros de Zóbel en París. Hay que decir que ha despertado mucho interés, sobre todo, lo relacionado con la aventura conquense”.

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Alfonso de la Torre, que ya ha realizado catálogos razonados de artistas como Manolo Millares, Manuel Rivera, Pablo Palazuelo, acaba de terminar el de Fernando Zóbel que está “en fase editorial para que vea la luz en unos seis meses”, apunta.