Inés y Gemma, una S.L.
La opinión de Ángel Santiago Ramos (2/10/2020)
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León
Inés Arrimadas, léase el partido Ciudadanos, acaba de poner en manos de la leonesa Gemma Villarroel el futuro de esta organización en Castilla y León. En un partido que pretendía ayudar a regenerar la vida democrática de este país elige la vía de la designación directa para el nombramiento de sus propios cargos. El nombramiento manu militari se justifica tan sólo mirando las tripas de una organización que camina desde hace tiempo hacia la nada.
La llegada de Villarroel al puesto de coordinadora regional supone el inicio del aislamiento orgánico de los consejeros del partido naranja en el gobierno de la Junta. El apagón político afecta a dos consejeros y propio vicepresidente y portavoz del gabinete, Francisco Igea. Difícil de entender los movimientos de este diabólico plan Arrimadas que debilita y pone contra las cuerdas a una buena parte de un gobierno pactado PP-Ciudadanos, que preside el popular Alfonso Fernández Mañueco.
Villarroel, persona de fidelidades a demanda, lo es de Inés Arrimadas ahora, como antes lo fue a Rivera. Escasa de bagaje político y sin apenas voz propia, consigue una nueva responsabilidad que añadir a su ya larga lista de cargos, unos remunerados y otros que lo desconocemos. Los que sí llevan soldada: En el Ayuntamiento de León es concejal, portavoz de grupo y miembro del consejo de la Mancomunidad de Residuos. En la Diputación Provincial es diputada y portavoz.
Todo ello le supone unos ingresos anuales que superan los 75.000 euros. Mucho dinero para quien se pasea con tan escasas aportaciones al servicio público desde su condición de oposición y que suele llevar las luces semi-apagadas.
Aparte de docilidad, desconocemos lo que ha visto Arrimadas en esta leonesa que llegó de marca blanca a la política y sigue ahora de naranja sin saber lo que pasa en la calle.
Que Dios reparte suerte, dirá para sus adentros Francisco Igea.
