Las estatuas de Gran Vía

Madrid

Muchas de las personas que salen del enorme edificio de Gran Vía 32, hoy una gran superficie de ropa low-cost, todos sabemos a qué me refiero, se paran a ver las flechas que hay sobre el suelo muy cerca del paso de cebra. Los que las ven, se dan solamente cuenta de su presencia sin más. Pero son una consecuencia. Todo acto tiene su consecuencia. Y si lanzas una flecha, lo normal es que caiga en un sitio. ¿Dé dónde son lanzadas? No hay más que levantar la cabeza y mirar a la acera que tenemos frente a nosotros. Allí arriba, sobre la fachada del edificio de Gran Vía 30 hay una imagen de Diana cazadora con cinco perros, lanzando sus flechas al cielo de Madrid.

De Madrid al cielo pero mirando desde el suelo, habría que añadir. Y es así porque, solo en la Gran Vía contamos con un nutrido grupo de esculturas que revolotean sobre nuestras cabezas. Muchas de ellas están tachonadas de temas mitológicos, como esta Diana Cazadora, obra de Natividad Sánchez que luce en el cielo madrileño desde octubre de 2016.

Realmente su objetivo no es el cielo de Madrid sin más. La autora enfocó la arquera de 900 kilos a la figura de la Unión y el Fénix que tiene frente a sí, encima de la terraza de la cadena SER. Ese pájaro fénix lleva sobre su lomo a Endimión, el amor de Diana. Sin consigue acabar con el ave que se regenera cada 400 años, podrá hacerse con su amado para el resto de la eternidad. No me digáis que no es chula la historia y está bien contada por las esculturas de la Gran Vía. No se puede pedir más.