Una victoria de diez

Gijón

Y Djuka cogió su fusil. El delantero serbio se destapó con dos goles y un partidazo para darle al Sporting una victoria de prestigio, contra uno de los supuestos gallitos de la categoría, el debutante Girona. Brilló Djurdjevic, pero fue un triunfo de equipo, una labor coral para sobreponerse a unas circunstancias que invitaban a pensar en una tarde cruda. El cuadro gijonés supo reponerse a la temprana e imprudente expulsión de Gaspar, aguantó en inferioridad y cuando los efectivos se equilibraron con la roja a Franquesa los rojiblancos fueron valientes, arrinconaron al rival y le destrozaron con dos goles y muchas ocasiones. El Sporting es líder y Djurdjevic pichichi. Mejor, imposible.

Es pronto para análisis maximalistas, pero da la impresión de que David Gallego está construyendo un equipo. Mantiene lo que ya había: una defensa impecable, imbatida hasta la fecha. Tiene mérito porque lo sostiene con un recuperado Borja López, que la temporada pasada no contaba para nada, y con piezas nuevas o casi nuevas en los laterales que rinden a gran nivel. Cuando llegue Saúl García tendrá que pelear para quitarle el puesto al notable Pablo García en el lateral izquierdo.

Cierto es que cuando el Sporting se quedó con diez, tras la merecida roja a Gaspar por una imprudente, aparatosa e innecesaria entrada a Bernardo, el fantástico portero que tiene el equipo gijonés tuvo que realizar cuatro buenas intervenciones, pero tres de ellas ante disparos de media o larga distancia ante el gran armazón defensivo que montó David Gallego para resistir el asedio. Lo hubo, pero el Sporting logró aguantar hasta que Franquesa imitó a Gaspar en la misma zona del campo y el árbitro, tras revisar la jugada en el monitor, corrigió su decisión inicial y expulsó al lateral visitante justo al filo del descanso.

Empezaba un partido nuevo y, tras el paso por la caseta, el Sporting fue un equipo nuevo. Salió a morder, encerró al rival en su campo (botó tres córners en los tres primeros minutos de la segunda parte) y emergió entonces la figura de Djurdjevic. El serbio aprovechó primero un regalo de Benardo para anotar un golazo, con un auténtico misil desde la frontal que impactó en el larguero y se coló en la portería del Girona. También fue un regalo el pase de Pedro Díaz al serbio, una apertura a la banda derecha que definió a la perfección Djuka internándose en el área y batiendo a Muric con un disparo cruzado raso perfecto.

Con la lluvia de estos días, crecerán como las setas los oportunistas que saldrán a saldar viejas rencillas por el innegable partidazo del serbio y su notable mejora en este inicio de temporada, como si quienes admitieran el frustrante papel del delantero en las dos últimas campañas lo desearan o se lo inventaran. Bienvenida sea esta nueva versión de Djuka, más serena, más letal y más enchufada. En el partido ante el Girona no solo fue goleador; estuvo también generoso con sus compañeros. Solo le sobró el zapatazo al balón de la primera parte, que le costó la amarilla. Pero también él hizo un partido de diez. 

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En el tramo final debutó como rojiblanco el otro serbio del equipo, Cumic, que incluso pudo estrenarse como goleador, en un mano a mano en el que no marcó pero apuntó maneras por su velocidad y verticalidad. Tuvo otra el nuevo, en la que también se fue por velocidad y trató de asistir a Manu García, que la esperaba dentro del área. Ninguna acabó en gol, pero quizás tenga la oportunidad de resarcirse jugando como titular la próxima semana, ante la baja de Gaspar por sanción. Un partido en el que, quién lo hubiera dicho, el Sporting defenderá un liderato que sigue siendo anecdótico, pero cada semana que pasa un poco menos.