El mínimo de fichas profesionales, el gran quebradero de cabeza de David Gallego

Gijón

El primer once de David Gallego como entrenador del Sporting estará muy condicionado por las peculiares circunstancias que rodean al equipo y al desarrollo del verano. La falta de fichajes, el importante número de jugadores descartados para los que la dirección deportiva no logra encontrar una salida y la obligación de mantener sobre el campo un mínimo de siete jugadores con ficha del primer equipo coartarán de forma importante la capacidad de decisión del nuevo entrenador para el choque frente al Logroñés.

En un año en el que el Sporting pretende reafirmar la apuesta por la cantera, el reglamento limita la capacidad de maniobra. La norma obliga a que en todo momento un equipo tenga en el césped un mínimo de siete jugadores con contrato del primer equipo. Se podría pensar entonces que hasta cuatro futbolistas con ficha del filial podrían entrar en el once. A tenor de lo visto en pretemporada, dos de esos huecos para jóvenes estarían en los laterales: en el derecho jugaría Bogdan o Guille Rosas; en el izquierdo lo haría Pablo García o David Argüelles. José Gragera es una de las grandes apuestas para el mediocampo, mientras que Gaspar tendría muchas opciones de actuar en la segunda línea de ataque. Pero no es tan fácil como pueda parecer.

Alinear al máximo permitido de futbolistas con licencia del filial tiene riesgos que casi ningún entrenador se atreve a asumir. La expulsión (o la lesión cuando se hayan agotado los cambios) de un jugador de la primera plantilla haría que, inmediatamente, el club implicado cayera en un caso de alineación indebida, con la consiguiente sanción.

En el caso del Sporting, se produce otra circunstancia: el portero suplente, Christian Joel, también tiene ficha del filial. Cualquier incidencia que afectara a Diego Mariño echaría por tierra todos los planes.

David Gallego dispone en este momento de veinte jugadores del primer equipo, pero seis de ellos forman parte del grupo de descartados (Unai Medina, Hernán Santana, Carlos Cordero, Álvaro Traver, Isma Cerro y Neftalí Manzambi). A ellos habría que sumar los casos de Carlos Carmona y Nacho Méndez, con los que el club mantiene cierta tensión: para su salida en el caso del primero; con el luanquín para que acepte la oferta de renovación) e incluso Álvaro Vázquez, al que el Sporting también ha colocado en el mercado.

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Si ninguno de ellos participara en el duelo frente al Logroñés, David Gallego dispondría de solo once jugadores del primer equipo, salvo que antes del domingo el club pudiera cerrar la incorporación e inscribir a Mboula, aunque para eso se antoja necesario cerrar primero alguna salida, siendo la más previsible la de Unai Medina, que recalaría precisamente en el Logroñés.

Gragera, sin presión

Uno de los canteranos con opciones de entrar en el primer once inicial de la temporada, José Gragera, negaba este jueves sentir ningún tipo de presión ante esa posibilidad. "Presión ninguna. Llevo tiempo entrenando con gente mayor que yo y al final entras en la misma dinámica que los demás", aseguraba el centrocampista, que admitía que la pasada temporada resultó "atípica", no solo por el parón de la pandemia; también por la falta de minutos en el tramo final. "Es una situación de la que también se aprende", decía el joven jugador rojiblanco. El entrenador le pide "que sea yo, que tenga paciencia, que trabaje y que aporte la energía que tenemos que poner todos los jóvenes para echar la puerta abajo".