Mayoría absoluta agridulce

Bilbao

PNV y PSE han valorado su coalición porque permitirá afrontar la crisis con un gobierno fuerte, un eufemismo para la mayoría absoluta.

Es esta una rara avis en Euskadi. El último lehendakari con mayoría absoluta de su gobierno fue Ardanza en 1994. Urkullu, por ejemplo, afronta su tercer mandato. El primero lo intento el PNV solo, con geometría variable. La oposición aprobó tantas leyes como el Gobierno. Aprendió la lección y en su segundo mandato se coaligó con el PSE, pero sin mayoría: importantes proyectos volvieron al cajón por falta de acuerdos. A la tercera, por fin, Urkullu gozará de mayoría holgada.

Y agridulce, porque le llega en el peor momento posible. Para gestionar una crisis sin precedentes, con desafíos mayúsculos y sin recursos suficientes.

Así que ayer PNV y PSE tendieron la mano a la oposición y dijeron que "no es tiempo ni de rodillo ni de imposición". No son, no, tiempos de aritmética, sino de grandes acuerdos. Llevamos muchos años sin ellos en Euskadi. ¿Llegarán en tiempos dmayoría absoluta?