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Los cines Miró y Zuloaga

Las desaparecidas salas de cines en el centro de la ciudad que devolvieron el séptimo arte a Segovia en los ochenta tras dos años sin cines, ahora son un tienda de ropa y un restaurante americano

Ambiente a la puerta de Multicines Miró en 1993 en la calle Gobernador Fernández Jiménez / JUAN MARTIN

Segovia

Salir al cine siempre ha sido un plan clásico en Segovia. En la actualidad, la ciudad mantiene unas cuotas de asistencia a las salas cinematográficas muy por encima de la media nacional, y siendo una ciudad pequeña, podemos presumir de contar con hasta tres instalaciones donde se proyectan películas en pantalla grande; como son el Luz de Castilla en el centro comercial, los Artesiete en Nueva Segovia y la Sala de Caja Segovia en la Bajada del Carmen. Si a esto le sumamos la actividad continuada desde hace décadas del Cine Club Studio en la antigua escuela de Magisterio, estamos ante una prueba evidente de que estamos en una tierra que gusta del celuloide.

La Calle real colapsada por el público que asiste a una función en 1993 a la sala Zuloaga

La Calle real colapsada por el público que asiste a una función en 1993 a la sala Zuloaga / Juan Martín

En las fotos de hoy vemos al gentío agolpado en las puertas de los desaparecidos Cines Miró y Zuloaga en el año 1993. El primero ubicado en Gobernador Fernández Jiménez, y que nuestros mayores llamaban el Victoria, por ser su antigua denominación. Cuentan que, en la época del destape, a finales de los setenta, en su cartelera abundaban películas picantes donde enseñaban muslo y algo más. Los segovianos venían de una sequía de cuerpos desnudos y escenas subidas de tono tras décadas de dictadura y censura mojigata.

La sala Miró devolvió el cine a Segovia en junio de 1987, tras el cierre de todos los cines en la ciudad en abril de 1985. Fue de la mano de la empresaria Justina Rodríguez, a la que nadie nunca nadie ha reconocido su mérito y valentía en un lugar donde nos las damos de apoyar la cultura a muerte, y ella sola con su iniciativa hizo por el cine más que todos los Muces de la historia juntos.

El cine Miró inicialmente contaba con una sola pantalla, y años después, tras una reforma se convirtió en multicines con 3 pantallas, lo que permitía ampliar la oferta de películas en exhibición. Queda en la memoria aquella musiquilla que sonaba avisando del arranque de las películas…. “Comienza la proyección en la sala 2” que obligaba a apretar el paso o inquietar a los que estaban esperando para comprar palomitas y refrescos en el ambigú.

Entrada de la útlima función de Multicines Miró

Entrada de la útlima función de Multicines Miró / CADENA SER

Es de recordar aquellos grandes paneles con ilustraciones basados en escenas de películas famosas obra de José Ramón Sánchez. Era el dibujante que nos maravillaba a los niños de los ochenta cuando dibujaba en directo en el programa infantil de TVE “Sabadaba. Pasó a la historia de la publicidad española por dibujar los posters electorales del PSOE en las elecciones generales de 1982, cuando arrasó. El espacio de la sala Miró en la actualidad lo ocupa el establecimiento Sfera, cadena de moda de El Corte Inglés tras su cierre ya en el siglo XXI.

Ilustración de José Ramón Sánchez de su libro "La gran aventura del cine"

Ilustración de José Ramón Sánchez de su libro "La gran aventura del cine" / CADENA SER

Tras el éxito de la apertura de Cines Miró, la misma empresaria se lanzó a reabrir la Sala Zuloaga, antigua sala Sirenas, en plena Calle Real. Se trataba un cine de única y gran pantalla que conservaba el aroma de las grandes salas de la época dorada del cine. Con una decoración clásica donde abundan los dorados y con una balconada que se abría en las películas de lleno total. Ahora se conservan muchos elementos y se pueden admirar mientras te comes una hamburguesa o una tira de costillas con salsa barbacoa en el Foster’s Hollywood, un restaurante de comida americana al que le viene de perlas la decoración de sala de cine dada la temática gastronómica del local.

En aquellos años ir al cine era un plan de éxito para el largo invierno segoviano. Primero quedar con la cuadrilla o la pareja pronto para comprar la entrada, no vaya a ser que nos quedamos sin ellas. Tomar algo antes de la película, disfrutar de la sesión, y como la sala estaba en el centro de la ciudad, podías optar a otras opciones de ocio tipo cena, copa, bailar o simplemente pasear comentando lo visto. La salida de los cines del centro de Segovia, contribuyó a matar un poco el ambiente nocturno de la ciudad, y así lo aseguran muchos hosteleros locales.

Interior de la Sala Zuloaga en el transcurso de un acto en 2003

Interior de la Sala Zuloaga en el transcurso de un acto en 2003 / Juan Martín

Juan Martín

Ver las imágenes del archivo de Juan Martín “Chas” nos trasladan a una época en la que ir al cine suponía hacer cola para comprar la entrada presencialmente y asomarte a la cartelera de la sala para ver que ponían. No había aplicaciones de compra de entradas online, ni para conocer la cartelera. Algún compañero queda en nuestra emisora que recuerda las llamadas de los oyentes a la radio con el único fin de preguntar que echaban en el cine…. Bueno también cual era la farmacia de guardia, que temperatura hace en Segovia o como había quedado la Gimnástica en su viaje a León. Radio Segovia atendía el teléfono y ayudaba, con todo lo que nos ofrece ahora internet en un click.

Ahora nos conformamos con mantener las actuales salas abiertas, aunque sea en los extrarradios de la ciudad. Solo nos queda aprender la lección y no dejar de acudir al cine en estos momentos de dificultad por la pandemia, porque como se demostró en los ochenta, no nos damos cuenta de los que se tiene hasta que se pierde, como sucedió en su día cuando Segovia se quedó huérfana de salas de cine.

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