Los feriantes, otros grandes olvidados en un verano sin fiestas en Bizkaia
400 familias viven de las ferias en Euskadi, una práctica que solo se está desempeñando ahora mismo en Zarautz. Pese a haber diseñado protocolos de seguridad para las atracciones, los feriantes no han recibido respuesta de las autoridades
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Bilbao
Los feriantes vascos se enfrentan con tristeza y pesimismo a un verano complicado en el que no van a poder recorrer las fiestas locales a causa de la emergencia sanitaria y la cancelación de estas celebraciones. Actualmente, en Euskadi, son 400 las familias que se sustentan mediante esta práctica, una práctica que, ahora mismo, solo se está desempeñando en un espacio concreto de Zarautz. Un punto residual en Gipuzkoa, frente al parón absoluto en Araba y Bizkaia.
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En el "Hoy por Hoy Bilbao" de este martes, hemos querido acercarnos a la realidad de estos participantes habituales de la Aste Nagusia para conocer las dificultades a las que deben hacer frente en este verano atípico. Para ello, hemos conversado con Juan Luis Armas, vicepresidente de la Asociación de Feriantes de Euskadi y Alberto Domínguez, secretario general de la misma entidad.
En un verano en el que ningún feriante está trabajando en Bizkaia, ambos profesionales nos han trasladado la preocupación del sector y lo abandonados que se sienten. Según nos han contado, la Asociación de Feriantes de Euskadi ya presentó, hace meses, un documento con medidas de seguridad para poder instalar barracas y atracciones en las distintas localidades del territorio.
Algunas de estas medidas, como un aforo reducido al 50%, la disposición de gel desinfectante a la entrada y la salida de las atracciones, la distribución de caminos separados de acceso y salida a las mismas y la desinfección inmediata de las atracciones tras cada viaje, nos cuentan, serían suficientes para poder desempeñar su trabajo con plenas garantías de seguridad.
Sin embargo, no han recibido ningún tipo de respuesta, ni correcciones a sus propuestas ni llamadas para mantener una reunión con las autoridades sanitarias y festivas. Por eso, y por la carencia de ayudas a un sector en el que los trabajadores son autónomos no inscritos en el régimen general, dicen sentirse abandonados.
Por esta razón, los feriantes piden concienciación a la ciudadanía y no ser olvidados, y reivindican las ferias y las atracciones como prácticas seguras (mecánica y sanitariamente hablando), necesarias en un verano que se precie en nuestro territorio.
