Se cumplen 22 años del cierre de Egin
El cierre tuvo mucha polémica, fue interpretado como una decisión política canalizada por vía judicial y, diez años después, fue declararado cierre ilícito. Para entonces ya era tarde
Bilbao
Esta semana se han cumplido 22 años del cierre del periodico Egin. Un cierre polémico porque muchos interpretaron que fue un cierre político-ideológico que se canalizó por la vía judicial. Es más, diez años más tarde se declaró ilícito este cierre, pero ya era tarde.
La portada del 15 de julio de 1998 fue la última que publicó el diario. Esa portada la abrían la alianza PNV-Aznar —que salía reforzada para mantenerse hasta el final de la legislatura en el año 2000—, el "Pobre de mí" que había cerrado esa noche los Sanfermines de ese año, la celebración del 14 de julio en Francia y la comparecencia del Ministro Barrionuevo en uno de los juicios por los GAL.
Ese mismo día la Policía entraba en la redacción y Tomás Arrizabalaga, el apoderado de la editorial de Egin, lucía esa portada en la puerta de la redacción. La Policía acababa de entrar en la redacción e imprenta del diario por una orden judicial de cierre firmada por Baltasar Garzón, que finalmente fue declarada ilícita. Sin embargo, esa ilicitud no fue reconocida hasta 10 años después del cierre. Para entonces, ya era tarde.
22 años después de aquel 15 de julio, Javier Salutregi, entonces director de Egin, reconoce que sigue "igual de indignado" que cuando vivió el cierre de la redacción. Y especifica que la indignación no es sólo por el cierre de la cabecera y su detención —Salutregi fue condenado a doce años de prisión por integración en organización terrorista en calidad de dirigente—, sino "porque hubo silencio, desprecio e insultos".
Jesús Coterón, presidente de la Asociación Vasca de Periodistas, siente pena por una decisión jurídica, pero que "evidentemente estaba apoyada por el poder político". En el momento del cierre, Aznar se encontraba de visita oficial por Turquía. Cuando se le preguntó por ese cierre, respondió: "¿Creían ustedes que no nos íbamos a atrever?", en una afirmación que puso de manifiesto una falta de separación de poderes entre el poder político y judicial.
La decisión dejó a más de 200 trabajadores en la calle, y lo peor: el espectro mediático vasco se volvió menos plural. ¿Hemos aprendido algo de ello? Según Coterón, no: "Lo apuntamos como un suceso más para el currículum y ya". Para Salutregi, el recuerdo del hecho queda ahí, pero no "la anticonstitucionalidad de la medida".