Arte alternativo y vanguardista en Cuenca en la nueva normalidad
El profesor y crítico cultural, Jorge Monedero apuesta por un plan estratégico para fomentar el arte de vanguardia en la ciudad de Cuenca
Cuenca
La ciudad que en 1963 enamoró a Zóbel para traer su colección y crear un museo iniciando de esta forma una época de esplendor cultural (muy añorada), tiene ahora en esta etapa denominada “nueva normalidad” una oportunidad de reinventar las estructuras antiguas y la posibilidad de sentar unas bases exitosas para los próximos años.
Partiendo de que una de las principales apuestas económicas de Cuenca está siendo el turismo, dentro de este, qué duda cabe, naturaleza, gastronomía y cultura son los tres pilares fundamentales.
En este sentido y centrándonos en la parte cultural, es muy importante que se diseñe un plan estratégico con un horizonte temporal razonable que permita un equilibrio entre la parte museística cuya oferta sigue siendo incomparable a nivel de arte contemporáneo en España (Espacio Torner, Fundación Antonio Pérez, Museo Arte Abstracto, etc) y una parte más vanguardista y alternativa conectada con lo que se está haciendo a nivel nacional gracias al trabajo de jóvenes creadores. Sin duda esta conjunción entre pasado, presente y futuro es una apuesta ganadora y fuente de sinergias.
Dentro de este plan estratégico hay que dar voz a iniciativas y proyectos interesantes como Lamosa (Laboratorio Modulable Artístico) con una trayectoria expositiva y de actividades brillante o el más reciente espacio Kanoko que representan ejemplos del buen hacer y de ideas frescas en el mundo del arte. Son solo una muestra, pero hay mucha más gente con ideas, proyectos y ganas de trabajar. Las administraciones tienen que escuchar, apoyar y fomentar estas iniciativas ya que el retorno que puede tener para la ciudad en términos económicos y de proyección exterior lo merece y con pocos recursos se puede hacer mucho. Y por supuesto debemos sumar a la Facultad de Bellas Artes y el Centro de Iniciativas Culturales como agentes importantes para aunar esfuerzos.
Difícilmente se podría entender que la ciudad que se entregó con entusiasmo al proyecto del Museo de Arte Abstracto Español cuando solo era una quimera, ahora deje languidecer propuestas generadoras de valor y que pueden volver a hacer de Cuenca una referencia viva en el panorama artístico como ya fuimos, y como deberíamos pretender volver a ser.