Demasiado castigo en un partido entretenido
Guardiola falló un penalti pero anotó en el rechace. El Pucela mejoró mucho en la segunda parte y mereció el empate
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Guardiola falló el penalti pero acertó con el rechace / LFP
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Valladolid
Parece evidente que, a pesar de haber conseguido sin sufrir mucho su objetivo, el Valladolid por ocasiones, rendimiento y preparación física ha merecido más puntos de los que tiene tras el confinamiento. La derrota por 3-1 ante el Eibar en un partido sin mucho en juego es otro ejemplo.
El Valladolid salió bien al partido entrando sobre todo por la izquierda donde Toni hizo buenos minutos, pero enseguida el partido se torció con un fallo defensivo y el remate final de Bigas para abrir el marcador en el 21'.
Después llego el peor momento, lesión en la rodilla de Olivas y fallo en la entrega a su portero de San Emeterio dejando en bandeja el gol de Inui que ponía el 2-0.
Todo cambió tras el paso por el vestuario. El Valladolid volvió a tomar el mando y no lo dejó hasta el final. La presencia de Unal se notó y el equipo se lanzó a por el empate. Consiguió acortar tras un penalti claro sobre el turco que no convirtió Guardiola aunque aprovechó el rechace para poner el 1-2.
Después ocasiones claras de Javi Sánchez, Guradiola y Sandro que no acertaron. El que si lo hizo para sentenciar fue De Blasis al convertir un penalti muy dudoso de Nacho.