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El Celta pierde la cabeza en Pamplona

Dolorosa derrota en el descuento de un Celta que tendrá que seguir sufriendo

Momento del gol de Enric Gallego / Villar López (EFE)

Momento del gol de Enric Gallego

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El Celta se está haciendo experto en complicarse la vida. Y lo está consiguiendo. Está sacando buena nota en esto. Minuto 91 largo con solo tres de añadido con empate a 1 gol. El balón es del Celta que, en vez de aguantar, decide complicarse la vida, como de costumbre en la salida de balón. Saque de banda a favor de Osasuna en la parte izquierda de su ataque, se relajan las marcas celestes sobre el receptor, nadie presiona, recibe, toca, levanta la cabeza y centra tranquilamente para que José Arnáiz, que mide 1,75, gane de cabeza a Bradaric. Un gol en saque de banda, el sueño húmedo futbolero de Benito Floro. Osasuna gana 2-1 el partido y el Celta juega con fuego. Desde la victoria en Anoeta, el Celta logró tres empates en casa y cosechó dos derrotas en sus dos salidas, Mallorca y Pamplona. Y eso que hoy Osasuna no se jugaba nada pero lo intentó hasta el final y lo acabó consiguiendo. Lo hizo ante un Celta de psicoanálisis que no fue capaz de concluir en el diván consigo mismo si iba a por el empate o a por la victoria. Tuvo ese debate interno y bipolar que acabó en derrota.

El Celta hizo en Pamplona lo más difícil: salir bien, intenso, con presión alta y logrando ponerse por delante con el gol de Santi Mina en el minuto 10. Gol tempranero tras un pase de Rafinha a banda, y un centro raso espectacular de Iago Aspas para asistir a Mina que batió a Sergio Herrera. Era el guión perfecto. Y el Celta siguió cómodo y controlando el partido. Incluso Santi Mina tuvo otra ocasión que se fue cruzada. Pero en el minuto 23, primera aproximación de Osasuna y meten el gol similar al del empate de la primera vuelta en Balaídos. Centro de Estupiñán y remata Enric Gallego solo en el segundo palo de cabeza. Y eso que jugábamos con 5 defensas. Se llega al descanso con 1-1 y casi dando las gracias porque Osasuna fue mejor en la última fase.

El Celta decide salir a por el partido. Deja fuera a Jorge Sáenz y entra Nolito. Se pasa de la defensa de cinco a un 4-3-3. Fueron los mejores minutos del Celta con dos ocasiones claras de Iago Aspas para poder adelantar de nuevo al Celta. Pero llegaron las decisiones de Óscar de cambiar el sistema nuevamente y poner doble lateral derecho Kevin y Hugo Mallo, en teoría para evitar los centros de Estupiñán. Salen del campo los dos mejores de la medular: Beltrán y Rafinha Alcántara. Era el minuto 66 y el Celta desapareció del campo. Más aún con la salida de Juan Hernández por Santi Mina en el 72. Ahí se acabó todo. El mensaje era de desconcierto y fue Osasuna el que buscó la portería de Iván Villar que hizo varias intervenciones de mérito. El equipo no funcionaba y esperaba casi que el partido acabase en tablas.

En el 85, Óscar decide que entre Brais por Olaza cambiando otra vez el perfil de los laterales y el sistema de juego. Hugo Mallo se fue al perfil izquierdo y ahí se murió la banda izquierda del Celta. Los de Óscar acabó perdiendo con ese gol en saque de banda. Era el minuto casi 92, con solo 3 de añadido. Este equipo firmó un pacto con el diablo para sufrir y lo está cumpliendo a rajatabla. Una temporada más está pendiente de que lo salven. Tendrá que poner mucho más de su parte si quiere hacerlo. No puede creerte el más guapo y el mejor vestido del baile de graduación cuando estás desnudo de cintura para abajo y llevas chanclas. El Celta tiene cuatro días para cambiar de chip. No va a ser fácil pero tendrá que volver a sacar el orgullo y la casta del día del Leganés. En cuanto se creen buenos estamos perdidos. El jueves espera el Levante. Pero el Celta jugará antes en los partidos de Mallorca, Alavés y Eibar. Que Dios reparta suerte. Y San Bieito también.

 
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