El Soplao, 15 años descubriendo las entrañas de Cantabria
Este verano la cueva puede ser una opción para reencontrarse con el patrimonio geológico de la comunidad
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Santander
El 1 de julio de 2005 abría sus puertas a los visitantes la Cueva del Soplao. 15 años después la Capilla Sixtina de la Geología, se ha convertido en un polo de atracción desde el que adentrarse en toda la comarca del Saja-Nansa. Así que, para celebrar su cumpleaños, nos adentramos en las entrañas de Cantabria, porque hay que mirar más allá de sus paisajes para descubrir su patrimonio subterráneo que atesora más de 9.000 cuevas, unas de interés arqueológico e histórico (10 de ellas están declaradas Patrimonio de la Humanidad) y muchas de gran valor geológico y espeleológico, como El Soplao.
Situada entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa, se desarrolla en su totalidad en la denominada Sierra de Arnero, que a su vez está encuadrada en la sierra del Escudo de Cabuérniga. La que fuera una cueva explotada para la minería y hoy convertida en punto de atracción turística, no es la más grande, ni la más larga, pero por las concreciones excéntricas y la espectacularidad de las formaciones geológicas que atesora la hacen única. La visita se puede hacer en 3 modalidades: la visita turística, la de aventura y desde hace un año, la minera. Una incorporación que se produce ante las peticiones de muchos visitantes que reclamaban más adrenalina.
La visita minera se inicia en la Plaza del Monte. Comenzamos recorriendo los casi 500 metros horizontales de la galería Ana, que nos lleva al punto neurálgico del sistema de minas. A partir de ese punto, la Vía Ferrata subterránea se divide en 4 partes muy diferenciadas. La primera, una subida de 100 metros con un desnivel de 65 para acceder al nivel de la Cueva El Soplao. Tras contemplar una parte de la cueva, se desciende otra rampa minera para volver a la galería Ana. La segunda parte nos lleva hasta una de las galerías principales de la mina de La Florida, Cereceo, a través de 300 metros de piedra suelta con una inclinación de 35 grados. En la tercera parte, la cosa se complica, el puente tibetano nos permite salvar una gran poza de agua de más de 60 metros de profundidad. La cuarta parte tiene como objetivo volver a la entrada para completar el 8 que acaba trazando todo el recorrido”. En total, unas 3 horas de aventura para la que no son necesarios conocimientos previos de espeleología o escalada, pero sí una cierta forma física.
Una cavidad única como esta, no podría acoger esta gran afluencia de visitantes sin unas instalaciones adecuadas. En torno a la cavidad, se ha puesto a disposición de los turistas novísimas instalaciones como el Centro de Recepción de Visitantes, el tren minero y el área de paseos Prado Collao con conexión al alto de la Florida. Asimismo, en este entorno se puede disfrutar de un conjunto escultórico al aire libre, firmado por varios artistas contemporáneos que han realizado su personal interpretación de la cueva.
Y es que uno de los grandes atractivos que encierra la visita, es la espectacularidad de los paisajes que se pueden contemplar desde lo alto de la sierra, bien aprovechando el área de paseos o en los miradores del exterior de la cavidad. No se lo piensen más este verano celebren los 15 años del Soplao con una visita en la opción que les resulte más accesible.