'Nada volverá a ser igual'
Cuando pensábamos que lo peor que nos podía pasar, como país y como comarca, era el Brexit, llegó el coronavirus
La Firma de Luis Romero: 'Nada volverá a ser igual'
02:07
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Algeciras
Cuando pensábamos que lo peor que nos podía pasar, como país y como comarca, era el Brexit, llegó el coronavirus y todos nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos y lo mucho que las cosas podían empeorar, de forma inesperada, cambiando radicalmente nuestra realidad. Para algunos, un claro ejemplo de Cisne Negro.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, y con él Gibraltar, se nos antojaba un reto de dimensiones insospechadas. Tras catorce semanas de estado de Alarma y confinamiento, además de casi 25.000 fallecidos sólo en España y una economía paralizada, aquello del Brexit –que todavía no se ha concretado- ha pasado a ocupar un último lugar en nuestras preocupaciones.
Nos enfrentamos estos días al comienzo de un verano lleno de incertidumbre, camino de una nueva normalidad que tiene de todo menos de normalidad. Seguimos estando asustados, o deberíamos estarlo, por si los rebrotes que ya se están produciendo en distintos lugares de la península se generalizan y nos volvemos a ver obligados a recluirnos.
Aún falta mucho para que haya una vacuna y, cuando esta llegue, no estamos seguros de que haya suficientes para todos. Por eso, y porque nos va en ello además de la vida la forma en que la podamos seguir viviendo, debemos ser conscientes y no empeñarnos en negar la evidencia, que es la mayor de las tonterías que podríamos cometer como colectivo.
Los que se empeñan en no ponerse la mascarilla, en no mantener la distancia social adecuada y en realizar reuniones o acciones de riesgo, no ya para ellos, sino para todos los demás, deberían ser duramente censurados por la sociedad, por todos nosotros, sin excepción. Sean amigos, familiares o simplemente conocidos.
Nada volverá a ser igual y empeñarnos en soñar con que esto ya ha pasado y que podemos regresar a nuestros hábitos de primeros de año, es una soberana irresponsabilidad que solo sirve para engañarnos a nosotros mismos.
Tengamos claro que nuestra vida ha cambiado. Sin preverlo ni quererlo, sin previo aviso. La historia de la humanidad ha dado un vuelco inesperado y hemos de acostumbrarnos a vivir de otra manera. A lo mejor así aprendemos a llevarnos mejor con nuestro planeta.
Feliz verano.