El turismo vasco vuelve a La Rioja pero no llega a Castilla y León

Bilbao

La apertura de las mugas ha dejado estampas muy distintas en las localidades más frecuentadas por los vascos en las autonomías vecinas. En La Rioja, en Ezcaray, ha sido un día de gran entusiasmo para hosteleros como Armando Soto, del restaurante Rincón del Vino, que aseguraba recibir a los turistas "con los brazos abiertos".

Por lo que llevaba de llamadas a mitad de mañana, Soto confiaba en llenar el restaurante a lo largo de la mañana. Algo parecido le sucedía a Eduardo Masip, del restaurante Casa Masip, que confiaba también llenar todo el aforo permitido en su restaurante de Ezcaray.

Sin embargo, hay hosteleros en esos lugares de turistas vascos a los que el lleno, con las limitaciones de aforo, no les es suficiente. Es el caso de Lourdes González, dueña del Asador El Robledal que, mientras cocinaba la comida de hoy, contaba que en su pequeño restaurante ahora sólo caben 35 personas cuando antes tenía capacidad para hasta 60 personas: "Es cuestión de adaptarse. Mides y ya está".

La cruz, en Castilla y León

Esa era la situación en La Rioja, pero en Castilla y León, sin embargo, el ambiente era muy distinto. Si en Ezcaray se esperaba a los turistas vascos con los brazos abiertos; en Villarcayo, Miguel Ángel Alonso, responsable de la casa rural La Tesla, espera a los turistas vascos "con ansiedad".

Una ansiedad que se debe a las enormes pérdidas económicas. Julián Sedano, del restaurante Los Hermanos de Villarcayo, reconoce que las pérdidas son equivalentes a las de un verano. "El coronavirus nos ha fastidiado el puente de San José, toda la Semana Santa —que aquí es buenísima— y el puente de mayo", afirma.

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Sin embargo, hoy tampoco ha sido un buen día para recuperar las pérdidas según cuenta Sedano, ya que, pese a que asegura que hay mucho más tráfico, sólo es de transeúntes. "No tengo ninguna reserva", concluye.