La Fundación Caja Rural renueva su apoyo a la investigación en Atapuerca
Desde enero del 2000, la Fundación ha facilitado ayudas a 78 jóvenes científicos vinculados al proyecto
Burgos
Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva y en representación de Fundación Caja Rural Burgos y José María Bermúdez de Castro, como vicepresidente de Fundación Atapuerca, así como su director general, Javier Gutiérrez, han firmado un acuerdo por el que se mantiene la donación de la Fundación Caja Rural de cara a financiar la investigación de los jóvenes investigadores del Proyecto Atapuerca, con fin de garantizar su continuidad.
Esta decisión adoptada por el patronato de la Fundación Caja Rural Burgos supone una inyección de fondos y confianza en el Proyecto Atapuerca como "motor de desarrollo del territorio burgalés en un momento muy delicado" en el que la economía pasa por uno de sus peores horas, y probablemente repercuta en una drástica reducción las aportaciones que, de forma general, se venían destinando a la cultura y la investigación tanto por parte del estado como de las empresas.
La Fundación Caja Rural Burgos colabora con el equipo de investigación de los yacimientos de la sierra de Atapuerca desde hace 12 años, con el objetivo de mejorar la formación de jóvenes investigadores científicos vinculados a este proyecto. En total y desde el inicio de la colaboración de ambas instituciones, Fundación Caja Rural ha destinado más de 190.000 euros a Fundación Atapuerca para la investigación.
Desde enero del 2000 a enero de 2020, la Fundación ha facilitado ayudas a 78 miembros del EIA que han estudiado o están estudiando la información obtenida en la exploración de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, para profundizar en el conocimiento de la evolución humana. De estos investigadores 44 ya han leído sus tesis doctorales, y muchos trabajan en centros de investigación o universidades de todo el mundo.
Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, la Fundación Caja Rural Burgos decidió destinar el montante destinado a todas aquellas actividades propias que pudieran suponer un riesgo de contagio a la lucha contra el virus, con contribuciones muy importantes a colectivos esenciales para su protección y la de la sociedad, como la Policía, la Universidad y el HUBU, al que se destinaron 100.000 euros para la compra de material para la lucha contra la Covid-19.