Cada contribuyente navarro paga 200 euros al año en "peajes en la sombra"
En el caso de la A-12 entre Pamplona y Logroño y la A-21 entre la capital y el límite con Aragón hacia Huesca, Hacienda paga a las concesionarias por el tráfico que pasa por esa vía
Pamplona
En Navarra existen dos autopistas de peaje directo para todos los vehículos. Son la AP-15 entre Irurzun y Tudela, y la AP-68, que circula por el eje del Ebro. En el caso de la primera, el gobierno navarro es propietario de la mitad de Audenasa, la concesionaria, mientras que la otra pertenece a una empresa privada, Itinere. La AP-68 es gestionada por completo por Abertis, también privada. Las concesiones de ambas terminan dentro de 10 años.
Pero también existen otras dos vías que tienen peaje, aunque no haya estaciones ni barreras. Son la A-12 entre Pamplona y Logroño y la A-21 entre la capital y el límite con Aragón hacia Huesca. Se trata de un peaje llamado "en la sombra", que consiste en que Hacienda paga a las concesionarias por el tráfico que pasa por esa vía. Es decir, que se paga con los impuestos de todos los contribuyentes circulen o no por esa vía o siquiera tengan coche. Este año se abonarán 70 millones de euros por ese concepto. 50 a la concesionaria de la autovía del Camino y 20 a la del Pirineo.
Eso supone que cada contribuyente navarro paga 200 euros al año en concepto de ese peaje, pase todos los días por esa carretera o no haya conducido un coche en su vida.