La relación de los Reyes Católicos con Aranda

Aranda de Duero

Habitualmente paseamos por las calles de nuestra ciudad sin tener muy en cuenta que hace siglos personalidades de relevante interés histórico las transitaron. Pasamos de largo por monumentos tan emblemáticos como la Iglesia de Santa María, que a cualquier foráneo deja impresionado por su majestuosa portada. Y por ese motivo, muchas veces es de recibo destacar y poner el acento en todo aquello que por costumbre quizá hemos sobreentendido sin pararnos a pensar.

En nuestro tiempo histórico hemos repasado este lunes con el historiador burgalés Fernando Sánchez el paso de los Reyes Católicos por Aranda, allá por mediados del siglo XV. Como cuenta Sánchez "Fernando II de Aragón tenía que pasar por Aranda en muchos momentos de su vida, porque es la vía normal de acceso a Soria, Zaragoza… Pero se detiene poco al principio en Aranda, luego ya sí cuando se casa con Isabel, como se ve en varios documentos".

El contexto de esta situación es complejo, dado que se produce el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. "Es un momento de zozobra política, el reinado de Enrique IV es muy problemático, se le tacha hasta de impotente, y le terminó costando el reino", asegura Sánchez.

Sin embargo, la relación de Isabel I de Castilla con la capital ribereña es mucho más fuerte "porque durante tres años vivió aquí, en la Casa de las Bolas, junto a su cuñada Juana de Avis. Digamos que estaba tutelada por su hermano", relata el historiador, añadiendo que "se dice que Isabel desde la ventana veía el Concilio, oía misa, estaba muy bien cuidada en una casa maravillosa y tuvo una muy buena educación, con años dedicados a un buen aprendizaje que luego demostró en su etapa como reina castellana".

Y es que según cuenta Sánchez, "Isabel siempre se sintió un poco arandina, mantuvo una relación especial con Aranda desde entonces y los arandinos lo sabían; ellos en algún momento necesitaron de su poder para determinar en juicios y pleitos y acudieron a ella; los arandinos en la zona de Allendeduero juraron fidelidad a la reina y ella no lo olvidó nunca, por eso no le faltaba tiempo para interceder estuviera en Granada o en Segovia, se tomaba muy en serio cada carta que le llegaba de Aranda", asevera.

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Una relación histórica muy especial que siempre nos gusta recordar y redescubrir, y que puede reproducirse en el siguiente audio.