Un sanitario de Cuenca defiende la labor de los médicos más jóvenes frente al Covid-19

Cuenca

Miguel Matas es de Pinarejo, un pueblo de la Mancha de Cuenca. Es doctor en Fisioterapia y profesor asociado asistencial de la Universidad de Valencia. Trabajó como fisioterapeuta dos años en San Clemente y ahora desarrolla su labor profesional en el hospital La Fe de Valencia con pacientes con daño cerebral como especialista en neurología.

Desde el inicio de la pandemia del coronavirus su trabajo se ha centrado en la rehabilitación de los pacientes de Covid-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos. Las neumonías o las largas estancias que los pacientes pasan postrados, dejan secuelas físicas que necesitan la labor de un fisioterapeuta para recuperar la capacidad respiratoria y motora. Hemos hablado con él en Hoy por Hoy Cuenca.

Miguel Matas ha querido destacar la gran labor que han realizado los médicos más jóvenes que se han tenido que incorporar deprisa y corriendo a labores asistenciales, algunos de ellos todavía estudiando la carrera.

“Para muchos de ellos era su primer empleo”, explica Matas. “Algunos no habían trabajado nunca y se han incorporado a este engranaje con una madurez digna de destacar. En ocasiones, en la UCI te encontrabas con pacientes rodeados de varios médicos y enfermeros en una coreografía perfecta donde cada uno hacía en cada momento lo que debía y coordinado con los demás compañeros. Además, bajo el anonimato de los EPI [Equipo de Protección Individual]. Cuando salíamos de ese espacio y te quitabas el EPI veías que muchos de ellos eran jóvenes médicos de apenas 21 o 22 años, enfermeras con sus estudios recién terminados, auxiliares recién contratadas… Y veías que la forma que tenían de trabajar y de hacer las cosas no era de alguien novato sino de una persona con mucha madurez y con muchísima formación”.

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Como profesor, también se encuentra con alumnos de la provincia de Cuenca que estudian en la Universidad de Valencia. Matas asegura que no le ha tocado “ninguno que no sea muy trabajador”.

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Aficionado a la caza, Miguel Salas tiene pendiente acercarse a San Clemente para compartir madrugones con los amigos por los campos manchegos que siempre terminan en torno a un suculento almuerzo. Además, la casa de los abuelos de Pinarejo espera también una próxima visita de este fisioterapeuta conquense.