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El trabajo de un supermercado en tiempos de coronavirus

La mayoría de gente sigue estando la mayor parte del tiempo en casa y necesita tener llena la nevera y la despensa

Entrevista a Ferran Gil, propietario Coaliment Benicàssim

Entrevista a Ferran Gil, propietario Coaliment Benicàssim

05:53

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Castellón

El ritmo de trabajo en las tiendas de alimentación vuelve poco a poco a ser el habitual, sobre todo desde que la provincia de Castellón ha pasado a la fase 1 de la desescalada, aunque no ha dejado de ser intenso porque la mayoría de gente sigue estando la mayor parte del tiempo en casa y necesita tener llena la nevera y la despensa.

El propietario de Coaliment Benicàssim, Ferran Gil, cuenta que desde que se declaró el estado de alarma se notó un aumento considerable de las ventas, teniendo en cuenta que los bares y restaurantes estaban cerrados. “Al principio fue la psicosis del papel y luego la de la harina”, explica entre risas. Afirma que también se ha incrementado la venta de cervezas, y es que los primeros reencuentros en casa con familiares y amigos está notándose en un mayor consumo de bebidas refrescantes que apetecen con el aumento de las temperaturas.

Trabajadoras del supermercado

Trabajadoras del supermercado / Coaliment Benicàssim

Trabajadoras del supermercado

Trabajadoras del supermercado / Coaliment Benicàssim

Coaliment Benicàssim se encuentra en una de las calles principales de la localidad, en la avenida Castellón, número 3 y con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus también han tenido que implementar medidas de seguridad e higiene como las mamparas en las secciones y en las cajas, geles desinfectantes en puntos estratégicos y todo el personal trabaja con todas las protecciones pertinentes. Han tenido que establecer un horario especial, por lo que cierran a mediodía y por las tardes el horario de cierre es a las 20.00 horas. Asegura Ferran que su intención es mantener este horario por el momento.

La llegada del verano se ve con buenos ojos porque, aunque la crisis repercutirá en el turismo, cuenta el propietario del establecimiento, que hay muchos turistas nacionales que tienen su segunda residencia en Benicàssim. “Cruzo los dedos para que puedan venir y tengamos un verano bueno, dentro de la situación que estamos viviendo”, asegura Gil, siendo consciente de que la cancelación del FIB se notará negativamente en las ventas. Pese a la caída del festival internacional, Ferran mantiene su optimismo y confía en que todo saldrá bien. 

 
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