Medea, la compasión difícil

Ponferrada

Medea llegó a Corinto después de ayudar a Jasón traicionando a su propia familia, casarse y haber tenido con él dos hijos. Allí, Jasón la abandona por la hija del rey Creonte. Medea, mujer y extranjera, es desterrada con su prole, pero antes ella asesinará a la flamante esposa, al rey y a sus propios hijos. Luego huiría. Así dice el clásico.

Difícil compadecer a Medea: extranjera, mujer e infanticida. Chantal Maillard resucita al mito en un monólogo dramático para ahondar sobre la naturaleza de la culpa, la autoridad del juicio y la posibilidad de padecer-con-los-otros. Una anciana y legendaria Medea encallada en una barca a la deriva por su dolor desteje el hilo de la historia hasta la violencia radical del hambre, el círculo que nos ata: todo lo vivo se alimenta de lo muerto. Así pone el dedo en la llaga de la creencia y los prejuicios heredados, la desorientación del ego humano para aprehender lo esencial: esa resonancia que acude a la herida, y la reconoce. El animal en nosotros. Por el contrario, el hombre se afana en esa violencia, ufano, sin siquiera reconocerse parte del entramado universal. Trascendiendo la venganza personal, Medea encarna y apela a la historia de una humanidad que, ofuscada en la razón, ha olvidado el equilibro del instinto. Difícil, así también, compadecer al hombre. 

Medea es un poemadestilado deotro libro de la propia autora, La difícil compasión, un corrosivo ensayo sobre las raíces de la violenciay el hambre, la creencia, el juicio, la maternidad, el dolor, el suicidio, la culpa y la inocencia, la empatía. Ya allí Medea y sus hijos son clave. Ambos libros, a su vez, se vinculan estrechamente con la versión que del clásico de Eurípides hizo el cineasta Lars Von Trier, Medea (1988).

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