"Esto es la ruina", la triste profecía cumplida de César Manrique

Arrecife

El cero turístico provocado por el coronavirus ha hecho revivir el mensaje de César Manrique con más fuerza que nunca. "Los turistas deben hacer cola para llegar a Canarias", decía Manrique, partidario de apostar por un turismo de calidad frente al modelo turístico de "cantidad" o "turismo masas" del que dependen en gran medida las islas orientales. "En un contexto de aguda crisis civilizatoria y cambio de paradigma, sus ideas y valores son más necesarios y oportunos que nunca", ha explicado la Fundación César Manrique, depositaria del legado moral y material del artista total. "Él también luchó contra el virus de su época, el de los egoísmos individuales", sentencia el investigador Alejandro Scarpa.

Esta excesiva dependencia del turismo "de cantidad" ha provocado que la crisis económica golpee con especial dureza al archipiélago. "César Manrique era un contemporáneo del futuro que previó lo que podía ocurrir si el ser humano se empeñaba en seguir explotando la naturaleza hasta el límite", explica Marisol Álvarez, hija de Antonio Álvarez, uno de los "cinco magníficos" que hicieron posible la transformación total de Lanzarote junto a Pepín Ramírez, Luis Morales Padrón, Jesús Soto y el propio César Manrique.

"Así estamos, confinados en nuestras casas sin poder contemplar las bellezas naturales que César adornó con su genio y creatividad", añade Álvarez. César Manrique habría cumplido hoy 101 años y decenas de amigos, periodistas e investigadores analizan la sorprendente vigencia de su mensaje durante esta crisis del COVID-19 en la SER. "Cuánto le echamos de menos en estos momentos. Desde el dolor de esta crisis y de este confinamiento hay que recordar que a esta isla le sobra cemento, en el sur y en el centro", dice la responsable de la oficina de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote, Ana Carrasco. La presidenta de la Fundación José Saramago y viuda del Premio Nobel, Pilar del Río, la periodista Miriam Ybot e incluso la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Dolores Corujo, también analizan en la SER la vigencia de su mensaje.

"Esto es exactamente igual que cuando después de la guerra mundial, con Berlín arrasado, hubo una esperanza y reconstruyeron una ciudad extraordinaria", decía César Manrique, que a pesar de todo era un vitalista y un optimista. "Siento una profunda pena de ver lo barato que es el ser humano, lo torpe y lo estúpido que es. Me he dado cuenta con los años de que el hombre es un animal bastante peligroso, capaz de destruir este planeta en poco tiempo", dijo Manrique, "pero siempre hay una esperanza", añadió.

"Qué paradoja que el cierre del Centenario de César Manrique coincida con este momento de parón total, que recuerda a aquel grito de: "¡Paren ya!", que tanto pedimos hace unos años. Este es un buen momento para reflexionar sobre el modelo de desarrollo que elegimos, tan contrario al ideario de César Manrique y al bienestar de la tierra", explica Isabel Fajardo, miembro de la asociación Por César. "Reflexionemos colectivamente sobre cuál es el modelo que queremos para desarrollarnos ahora que podemos", añade.

"En estos días el gabiente científico de la Reserva de la Biosfera decía que tenemos que recuperar la visión estratégica de Pepín y de César, estoy completamente de acuerdo", explica Saúl García. "Los tiempos han cambiado, habrá que aplicar recetas nuevas, pero esa visión del bien común y poner el interés general por encima de los intereses privados apoyándose en la singularidad de Lanzarote está más vigente que nunca. Podemos construir otra realidad diferente", añade el periodista y autor del libro "El hombre que convirtió a Manrique en César", la biografía de José Ramírez Cerdá. "Si perdemos el espíritu de César Manrique esta isla se acabará", sentenció José Saramago, el premio Nobel de las letras portuguesas que vivió y murió en Lanzarote.