La tormenta perfecta

Bilbao

Que la web de Lanbide se iba a bloquear por las ayudas a los autónomos estaba cantado. Adjudicarlas por orden de inscripción, sabiendo que a tres mil euros por cabeza, tres millones daban para mil y hay 170.000 autónomos, era la tormenta perfecta.

Lo sospechaban en el propio Gobierno. El martes el viceconsejero de empleo dijo en La Ventana Euskadi: "Sabemos que por la cuantía de las ayudas va a producirse esa situación". Escuchó allí el malestar y estrés de los autónomos. Había quedadas como para comprar entradas a un concierto. Asesorías sorteando entre sus clientes a quién inscribir primero. Muchos en desventaja, sin experiencia en trámites telemáticos con la administración.

Tampoco era una decisión fácil. Optar por la concurrencia, abriendo un plazo, digamos de un mes, con decenas de miles de solicitudes a comprobar una a una, habría dilatado la resolución en meses. Repartir el global, solo entre los 10.000 apuntados ayer, tocaría a 300 euros por cabeza.

Lanbide reaccionó rápido, pidió perdón. No volverá a ocurrir. Para resarcir a los damnificados habrá que ampliar las ayudas. Es evidente que son necesarias.