El día a día en una UCI: cambios de protocolo, falta de material y cansancio
En los micrófonos de A Vivir Aragón han compartido su experiencia en este servicio del Hospital Miguel Servet la enfermera Laura Andrés y la limpiadora Milagros Liñán
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Hospital Miguel Servet de Zaragoza / Esther Orera
![Hospital Miguel Servet de Zaragoza](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZIEKPVCOXFNVFDGDKIFEBDAKNI.jpg?auth=385c01f599f55e849c1ec18f49bd5890e6fe12f7f6a5641f1e4600ab3548b90c)
Zaragoza
Las Unidades de Cuidados Intensivos y su funcionamiento - y carencias - están siendo uno de los puntos de atención en la gestión de la pandemia de coronavirus. Sus trabajadores también están haciendo frente a un agotamiento físico y mental, mientras adaptan protocolos y sufren las consecuencias de vestir los EPIS, los equipos de protección individual.
En A Vivir Aragón, hemos conocido la experiencia de la enfermera Laura Andrés y de la limpiadora Milagros Liñán, ambas trabajadoras en el Hospital Miguel Servet.
Una de sus quejas es la falta de material "y lo que hacemos es repartirnos la jornada en dos, trabajamos 3 horas y media cada enfermero puesto porque tenemos que andar con cuidado porque no tenemos mucho material", explica Laura Andrés. En limpieza también se turnan: día sí, día no.
Vestir el EPI les genera dolor y lesiones. "La ropa no transpira, acabamos completamente sudadas y es muy incómoda y dolorosa, porque acabamos con la cara marcada, incluso heridas en nariz y orejas", relata Laura. "El primer día se me socarró la piel de las manos". En lo que tiene que ver con la atención a los pacientes, "estamos acostumbradas, no son muy distintos a los que tenemos el resto del año, están muy sedados y se puede llevar bien".
Las jornadas más duras fueron los primeras, porque hubo que cambiar el servicio, dividirlo en dos zonas y adaptar los protocolos. El cansancio hace mella y en casa, hay que tomar precauciones. El marido de la limpiadora Milagros Liñán es paciente de riesgo y "está confinado y no está en casa". Reconoce que "no tengo miedo por mí pero sí tengo terror a que se lo pudiese contagiar a él; lo llevo lo mejor que puedo" pero "es agotador".
Ambas creen que la Sanidad Pública tiene que salir reforzada tras el desmantelamiento de los últimos años y consideran que el apoyo de los ciudadanos no se debe quedar en los aplausos desde los balcones cada tarde: "Cuando los pacientes nos dicen que nos tendría que subir el sueldo les digo que lo que tienen que hacer es contratar a más gente para que podamos atenderle mejor y antes".