La viña vive su particular cuarentena
Siguiendo el ciclo natural el viñedo de la Ribera del Duero mantiene su letargo hasta que varios días con temperaturas templadas marquen el comienzo de la brotación que no se espera antes de finales de abril
El responsable de experimentación del CRDO, Alberto Tobes, ha destacado la responsabilidad de los viticultores, que mantienen su trabajo en el campo aplicando las debidas medidas de protección
![Entrevista en Agrocecoga con Alberto Tobes, responsable del área de experimentación del Consejo Regulador](https://cadenaser.com/resizer/v2/LCPJLLTFXVLV7FBIUUR567PBKY.jpg?auth=775d2f542283be5da52bac95e2ae7721afb9e28800bf9d14ca30d8af79f39934&quality=70&width=736&height=414&smart=true)
Entrevista en Agrocecoga con Alberto Tobes, responsable del área de experimentación del Consejo Regulador
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RIBERA DEL DUERO
Ajenas a las medidas de aislamiento decretadas por la política las viñas ribereñas se atienen a otras normas para vivir estos días su particular letargo: las de la naturaleza. Hace escasas semanas pasaron por el sacrificio de perder en la poda parte de sus sarmientos. Y sujetas a los ciclos naturales, esperan ahora que la meteorología marque el siguiente paso: solo cuando se suceda un periodo de varias jornadas consecutivas con temperaturas templadas dará comienzo la brotación. Una etapa que Alberto Tobes, responsable de experimentación del Consejo Regulador, no espera que se produzca hasta finales de abril
Tobes es uno de los técnicos cuyo trabajo está dentro de las “actividades esenciales” para que continúe la industria vitivinícola, dentro del sector agroalimentario. Por ello sigue visitando el campo para llevar a cabo la vigilancia y control del desarrollo de las viñas, cuyo estado actual ha explicado en “Agrocecoga”, la sección de Hoy por Hoy Aranda dedicada al campo y la ganadería de la comarca. También ha compartido la visión que ofrece el paisaje ribereño en estos días, del que es testigo de excepción. “Días diferentes”, asegura. Y no por el paisaje natural, similar a las de cada año en la Ribera por estas fechas. Es el movimiento humano lo que hace distintas las estampas de estas jornadas en la Ribera: porque los viticultores, también sector esencial, siguen acudiendo a las viñas para vigilar el desarrollo del cultivo. Pero ahora lo hacen de manera individual, de forma que se aprecia en las parcelas una abundancia de vehículos que antes no había, acostumbrados a acudir al campo en grupos de varias personas. Y salvo ellos, la carretera vacía. Ausencia de coches y hasta de camiones. Ni siquiera se encuentran ya con las hormigoneras que todavía se veían en las últimas semanas y que han parado a la vez que lo han hecho las obras.
Mientras, en las parcelas, quienes cuidan el cultivo trabajan separados, con mascarillas, pero haciendo las labores manuales que estos días tanto requieren las viñas, alguna de las cuales todavía está “llorando” tras la poda, soltando las gotitas de sabia que se escapan de sus heridas.
Alberto Tobes ha querido subrayar el valor del trabajo de los hombres y mujeres del campo, que en estos días excepcionales se está demostrando imprescindible “Hace no tanto veíamos las protestas de los agricultores, que buscaban el reconocimiento del valor de su trabajo y sus productos. Ahora vemos como están dándolo todo para alimentarnos a la sociedad, trabajando por poner su granito de arena para sacarnos adelante”