Un respiro contra el coronavirus desde Aranda a IFEMA pasando por Francia
La empresa ribereña Lógica Aranda, con la colaboración de dos de sus chóferes, participa en una misión urgente para dotar al recinto madrileño de los depósitos de gran tamaño necesarios para el funcionamiento de los respiradores
Aranda de Duero
Cuando les llamaron, no se lo pensaron ni un minuto. Los responsables de la empresa ribereña de transporte Lógica Aranda han participado en los últimos días en una misión urgente para dotar el recinto ferial de IFEMA en Madrid de la dotación necesaria para convertirlo en el hospital de campaña más grande de España. Y es que a material necesario como las camas u otro mobiliario básico se sumaba la necesidad de dotar el recinto de otros elementos más sofisticados, pero imprescindibles para el cuidado de los pacientes con coronavirus, como son los respiradores. A la escasez de este recurso se une también la necesidad de contar con depósitos específicos donde se almacena el oxígeno que administran los respiradores. No hay demasiados puntos de fabricación de este material, cuyo gran tamaño, por otra parte, obliga a emplear vehículos especiales para su traslado.
Conocida la situación cuatro empresas de transporte se pusieron a disposición de quienes están gestionando el montaje del nuevo hospital de campaña para llevar a cabo en el menor tiempo posible esta misión, entre ellas la firma ribereña Lógica Aranda, junto con Transportes Insausti, Janocargo y Arcese. El reto era acortar en todo lo posible un traslado desde la fábrica de la localidad francesa de Metz, donde se producen estos depósitos, hasta Cabanillas del Campo, en Madrid, donde se procede a su desinfección y carga de oxígeno. Una misión que en condiciones normales hubiera supuesto seis días de duración, teniendo en cuenta la ubicación de la fábrica al noreste del país, cerca de la frontera con Alemania, pero que se acortó a menos de cuatro días, al contar, en el caso de Lógica Aranda, con la colaboración de dos de sus conductores, padre e hijo, que, pese a las circunstancias que estamos viviendo, hicieron el viaje en la misma cabina para poder turnarse al volante y que el viaje pudiera agilizarse en lo posible. Un esfuerzo que ha destacado la propia empresa, subrayando la dificultad añadida para los transportistas en estos días en que todos los servicios de descanso, aseo o comida en carretera están cerrados.
Lo mejor de todo es que gracias a este esfuerzo la previsión de los responsables de IFEMA es que los depósitos estén listos para que los respiradores funcionen a comienzos de la próxima semana. Un nuevo ejemplo de la aportación solidaria de cada sector de la sociedad, en este caso desde el corazón de la Ribera.