"¿Qué guerra es esta que las balas son los besos y abrazos que nos pueden matar?"
Un texto escrito por Miguel Hernández, nuestro colaborador de la Ventana de la Región de Murcia
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Dos personas de avanzada edad dándose un abrazo / Getty
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Murcia
Una guerra donde las balas no existen, la estrategía militar apenas cuenta y la superioridad armamentística no decide quien es el fuerte o el débil, no es una batalla y tampoco una guerra, es otra cosa.
Si las ametralladoras no son peligrosas y sí los besos, si los misiles tierra aire no pueden evitar el peligro de un abrazo, si los generales son sustituidos por biólogos, los capitanes por médicos, los tenientes por enfermeras y los soldados se visten de blanco, es que no estamos en guerra, estamos ante nuestro mayor enemigo: Nosotros mismos.
Cualquiera de nosotros se ha convertido de repente en un potencial francotirador, donde nuestra munición no lleva pólvora, sino coronavirus, y la única manera de descargar nuestras peligrosas armas, no es vaciando el cargador, sino cubrirnos contínuamente las manos de jabón.
Mientras esta extraña guerra continua, el mayor ejército que el mundo ha conocido, sigue recluído, cumpliendo órdenes y recomendaciones, asistiendo perplejo al ver a líderes de paja, en vez de carne y hueso, haciendo cada uno la guerra por su cuenta mientras van cayendo compañeros, la mayoría de ellos viejos.
La única esperanza que nos queda es que los generales de bata blanca encuentren como inyectar jabón en nuestras entrañas y venas, y volver a reconvertir la nuevas balas, en lo que eran.
Mientras esta extraña guerra siga entre nosotros, yo seguiré disparando con lo único que tengo: la esperanza y mis letras.
'Si las balas de esta guerra son los abrazos y besos que te di,
Si no puedo verte cada mañana junto a mi,
Si mi respiración puede perforar tu aliento,
Entonces, sólo nos queda esperar a que cambie el viento.
Si rozarte puede acabar con nuestros sueños,
Si amarte puede en mil pedazos rompernos,
Si pasear por tus poros me han prohibido,
Entonces, sólo me queda acostarme con los recuerdos vividos.
Si las balas de esta guerra son los abrazos y besos que me han robado,
Cuando termine esta contienda, recogeré todas las balas que no he usado,
Y las gasteré recorriendo tu mirada pintada a mano,
Mientras camino tembloroso por tu cuerpo amado.
Si las balas de esta guerra son los abrazos y besos que guardo bajo mi regazo,
Prometo cuando mi encierro se apague, acribillar tu piel a balazos.