Cinco jóvenes alicantinos permanecen atrapados en Australia ante la falta de garantías para volver a España
Rafael Regalado comparte una casa en Sidney junto con otros cuatro alicantinos que están a la espera de poder emprender el viaje de vuelta con la garantia de que no se quedarán aislados en la escala del vuelo
Rafael y Rafa Regalado, padre e hijo. El joven esta atrapado por el coronavirus en Australia
17:38
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Alicante
Antes de la pandemia global del coronavirus, pese a la distancia, Australia era un buen destino para los jóvenes españoles que querían aprender inglés. Un país desarrollado, enorme en extensión, con buena calidad de vida y con buenos sueldos para quienes empiezan a trabajar.
El problema surge cuando un virus como el covid-19 se propaga y empiezan a aparecer barreras en este mundo hasta ahora globalizado e interconectado. Y las dificultades se hacen mayores si te encuentras al otro lado del mundo y sin empleo, ya que el dichoso bicho ha puesto en cuarentena a la ciudad en la que te encuentras.
Es lo que le ha ocurrido a Rafael Regalado y los cinco alicantinos -Fernando, Andrea, Gerardo y Alejandro- con los que comparte la vivienda en la que residen en Sidney. En esta ciudad tan cosmopolita como alejada de nuestro país -15.700 kilómetros- han trabajado en el restaurante de un hotel hasta que se han visto obligados a confinarse para evitar contagiarse con el coronavirus.
Con Rafa y con su padre -que también se llama Rafael- hemos charlado en Hoy por Hoy Alicante. El hijo nos habla de la incertidumbre con la que afrontan la evolución de la enfermedad. Afortunadamente, cuentan con ahorros y todavía queda un mes hasta que expire el contrato de alquiler de la vivienda en la que residen. El padre asiente y añade el temor que tienen ante la posibilidad de que pudieran caer enfermos.
Rafa asegura que esperan noticias del Consulado y de la Embajada de España. Saben que la población española en Australia es numerosa, se calcula por miles, que muchos de ellos quieren ser repatriados y que hay quien lo está pasando peor, ya que se encuentran en una situación socialmente más precaria.
Ellos también quieren volver, pero quieren hacerlo con garantías. No quieren que la falta de plazas deje a alguno de ellos en tierra, sin un techo bajo el que vivir, o que en la obligada escala que tendrán que hacer, les impidan subirse a ese otro avión que les debe traer a Europa.
Este joven asegura que les han contado que por el simple hecho de toser, algún pasajero se ha tenido que quedar en tierra de nadie ya que se le ha impedido subir al avión en el aeropuerto de tránsito.
Desde España, las familias no pueden evitar que les embargue la inquietud. Rafael (el padre) reconoce que la situación es muy cambiante y espera que cuanto antes su hijo pueda volver a Alicante.