La comida a domicilio, tabla de salvación para muchas personas durante el estado de alerta
En Córdoba son varios los restaurantes que ofrecen este servicio de reparto a domicilio, aunque muchos se están planteando la posibilidad de cerrar por el descenso del consumo
Córdoba
En esta época de confinamiento, Córdoba todavía cuenta con varios negocios de hostelería que sirven comida exclusivamente a domicilio. Aplicaciones como Uber, Just Eat o Glovo siguen dando servicio y permiten que la comida llegue a los domicilios que así lo solicitan.
Entre la oferta, hay un poco de todo. Comida rápida en su mayoría: Pasta, pizzas, sushi o kebabs, pero también comida casera como la que ofrece La Alacena de Araceli. "Estamos utilizando todas las medidas de seguridad. Acudimos con mascarillas y guantes, pero sobre todo solo aceptamos pago con tarjeta a través de la web, para evitar tener contacto con el cliente. Dejamos la comida en la puerta lista para consumir. Tenemos guisos caseros de forma diaria", señaló Díaz.
Lo que sí preocupa es la bajada en la cantidad de pedidos, lo que está obligando a muchas de estas empresas a valorar si pueden seguir prestando el servicio. Un ejemplo es la cadena de pizzerías cordobesas, Pizzón Pizza. "El consumo bajó bastante a partir del viernes pasado y por eso decidimos cerrar uno de nuestros locales. El otro, en el Arenal, lo mantenemos abierto pero solo para domicilio. Aguantamos así bajo mínimos, aunque con el paso de los días el consumo parece que aumentara poco a poco. Estamos dando el servicio a través de aplicaciones como Just Eat, Glovo o Uber", comentó el gerente de Pizzón Pizza, Jose Luis Aguilar.
El sector de la hostelería es uno de los más dañados por esta crisis sanitaria. Preocupan y mucho las consecuencias y sobre todo, la incertidumbre de cuánto durará la alerta decretada por el Gobierno. Hay una cierta esperanza en que el verano sea positivo, pero si los datos del paro se disparan, tampoco habrá mucho dinero para gastar. Son los efectos devastadores de una de las peores crisis que se recuerdan y que solo una bajada en la curva de contagios podría empezar a revertir.