La raíces de la jota navarra

Pamplona

La jota es signo de identidad de la Comunidad Foral y sinónimo de celebración, recién declarada bien de interés cultural por el Gobierno de Navarra, lleva sonando en las calles desde principios del siglo XX. Fue hacia el año 1900 cuando ya Pablo Sarasate recoge melodías de jotas y las interpreta al violín. Con Raimundo Lanas, ya no se denomina cantador de jotas, sino jotero y sus coplas ya no serán coplas sino jotas.

Una canción que nace en el campo y la cantan los labradores y los hortelanos, es una manera de sobremesa, de organizar una fiesta... Pero es un tipo de música que aunque nace en casa, acaba en los escenarios y empieza a recibir el aplauso del público y son muchos los recitales de jota que empiezan a surgir.

Joteros de referencia navarros se pueden nombrar desde Demetrio Chueca, hasta Manuel de Pamplona, pasando por los Iruñako. Y además, hay mujeres en el género: Hacia 1940 se oye la primera voz femenina cantando una jota en un escenario: Fue Pilar Martínez, de Falces. Luego le seguirían en los años 50 las hermanas Flamarique: Encarna y Vitori, quienes gracias a un productor pudieron grabar una discografía en Madrid.

Pantalón o falda blanca, alpargatas con cintas rojas, faja y pañuelico, se seguirán escuchando a joteros y joteras, acompañados de rondalla porque, como dice ese verso, "la que en Navarra se canta es la jota más brava".