Jarabo vaticina que el fin de la moratoria de terrazas no implicará cambios en la clientela
Los restauradores auguran pérdidas importantes que se sumarán a lo ya invertido en cerramientos y ahora en sombrillas
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Ayuntamiento y vecinos arriba. Desmontaje de terraza abajo / Cadena Ser
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Palma
El Ayuntamiento de Palma muestra su satisfacción con el fin de la moratoria y entrada en vigor ya de la normativa de terrazas que impedirá que sean cerradas. A partir de hoy se puede multar si no la han quitado con sanciones que podrían llegar a las 1500 euros. Desde el consistorio aseguran que de esta manera se abren los espacios de Palma para vecinos y turistas.
El regidor de participación ciudadana Alberto Jarabo se muestra optimista y no cree que el fin de la moratoria implique cambios en la clientela y afirma que los que quieran disfrutar de las terrazas seguirán haciéndolo. Jarabo asegura que la inmensa mayoría de empresarios ya han quitado los cerramientos y los que no, lo harán a la mayor brevedad.
De no cumplir con la ordenanza, las sanciones podrían oscilar entre los 750 y 1500 euros, si bien aseguran desde el ayuntamiento que habrá tolerancia en esta primera fase de transición. Jarabo ha señalado también que el ayuntamiento no descarta poner en marcha alguna línea de ayudas para amortizar la inversión hecha por los empresarios que han tenido que desmontar y perder los antiguos cerramientos y comprar sombrillas a 6.000 euros la unidad.
Desde la federación de asociaciones de vecinos de Palma se han mostrado muy contentos con la iniciativa y aseguran que los paseantes podrán compartir espacios con las terrazas. Ya aprovechan para recordar que denunciarán los espacios que no cumplan.
Por su parte, los empresarios insisten en que han tenido que acatar la normativa porque no les queda otra pero se siguen mostrando totalmente en contra. Ahora dependerán totalmente de la climatología, además de la inversión que se han visto obligados a hacer en sombrillas.
Hemos querido tocar en la cadena SER una de las principales zonas afectadas como es la plaza Mayor, hemos podido hablar con los restauradores aunque no todos han querido hablar por temor a alguna represalia ya que aseguran que esta normativa les ha hecho mucho daño. Denuncian la incomprensión del consistorio hacia el colectivo, dependiente totalmente del turismo. Y es que creen que las cosas se podrían haber hecho de otra manera y recuerdan que hay zonas con mucho espacio donde no molestaban los cerramientos como la plaza Mayor o Blanquerna. Ahora los empresarios han perdido las inversiones hechas en los cerramientos y han tenido que comprar sombrillas a 6.000 euros, sombrillas con las que además no ocultan su temor a que puedan salir volando en días de fuerte viento.