La histórica panificadora Los Compadres adeuda siete nóminas a sus empleados y paga una vez con "limosna"
Los nuevos responsables de la gestión con sede en Madrid han pagado 290 euros, según el comité de empresa, a quienes no secundaron la huelga del 17 de febrero, la mitad de los setenta y siete
Los empleados, un año antes, cobraban sus salarios repartido en dos veces al mes
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Un camión de reparto de la histórica panificadora de Santa Cruz de Tenerife que ha cumplido cincuenta años de actividad; los setenta y siete empleados no perciben interés por solucionar su complicada situación por parte de la nueva gerencia de la empresa / Los Compadres / Redes Sociales
![Un camión de reparto de la histórica panificadora de Santa Cruz de Tenerife que ha cumplido cincuenta años de actividad; los setenta y siete empleados no perciben interés por solucionar su complicada situación por parte de la nueva gerencia de la empresa](https://cadenaser.com/resizer/v2/FCEHMZXZKNPMFADSLBQTM63NKI.jpg?auth=1325b9e3b510c48777fb77a2b5a9617292a1a3e268625a51180157965a65fde5)
Santa Cruz de Tenerife
Siete meses sin cobrar, facturas pendientes y asistentes sociales para poder comer. Esta es la situación que soportan de los cerca de setenta y siete trabajadores que mantienen sus labores en la histórica panificadora Los Compadres de Santa Cruz de Tenerife. Tras tres asambleas en el último mes y medio, ahora los empleados apuestan definitivamente por la huelga y amenazan con la paralización total de la producción esta primera semana de marzo si la gerencia de la empresa, ahora adquirida por el grupo Punto Base, no decide reunirse con los representantes sindicales –después de haberles solicitado dos encuentros- que pocas esperanzas reúnen de tener éxito.
La mayoría de los trabajadores suman en ella más de diez años e, incluso, treinta en algunos casos; otros, a pesar de la complicada situación económica de la compañía santacrucera, fueron contratados después de la introducción de la nueva gerencia a mediados del 2019.
“Llevo siete meses sin percibir ningún dinero. Nos tienen dado de alta en la seguridad social y no podemos cobrar el paro. Tengo una madre con discapacidad y depende de mí. El panorama es muy malo. Tengo que pagar las facturas y solo las puedo afrontar pidiendo ayudas”, nos relata desesperado uno de los empleados que prefiere no ser identificado por miedo a las represalias.
Este trabajador forma parte de la mitad de la plantilla que sí que ha decido parar desde el diecisiete de febrero; la otra mitad de los empleados, según ha denunciado el comité de empresa al administrador concursal y también al Juzgado Número Dos de lo Mercantil en Santa Cruz de Tenerife, ingresó 290 euros el jueves veintisiete: “fue una limosna”, asegura Andrés, portavoz del comité de empresa para contentar al cuarenta y ocho por ciento de los empleados que no se sumaron al paro.
“Cuando entró la nueva dirección nos aseguraron que iban a pagarnos adecuadamente”, relata uno de los afectados a La SER en una conversación telefónica. El crudo recorrido salarial, sin embargo, comenzó mucho antes. Las dificultades económicas de la compañía habían obligado a la antigua propiedad a pagar cada nómina de dos veces cada mes durante un año. “La única justificación, entonces, fue que las ventas habían bajado; nos dijeron que desde que la empresa recuperara capital se nos pagaría el sueldo entero. Fueron falsas promesas y mentiras”, lamenta el empleado.
El comité de empresa ya ha denunciado los hechos a la Magistratura de Trabajo. El viernes presentaron un escrito solicitando un encuentro con la jueza encargada del nombramiento del administrador concursal para trasladarle las irregularidades detectadas.
La nueva gerencia
La compañía panificadora ahora está dirigida por una consultoría madrileña denominada Punto Base y cuyo fin es la reflotación de empresas con dificultades económicas. La antigua dirección de la panadería santacrucera traspasó la gestión a esta empresa durante la mitad del 2019 tras arrastrar deudas con las nóminas de los empleados. De hecho, según relata el comité de empresa, fue sometida a cuatro días de huelga para intentar presionar a la dirección. Desde el 2018 las nóminas se pagaban de dos veces y, ante esta situación, algunos de los empleados con más años cotizados en la compañía decidieron optar por la extinción del contrato. Al comienzo de esta crisis laboral, en la empresa trabajaban cerca de 170 empleados; ahora son setenta y siete.