El Liberbank Cuenca cae con honor ante el Rhein-Neckar Löwen
Derrota de los hombres de Lidio Jiménez (28-33) en un partido igualado hasta los 15 minutos finales
Cuenca
El Liberbank Cuenca acabó por sucumbir ante el Rhein Neckar Lowen en el Sargal por 28-33 en un partido donde los conquenses, a pesar de la enorme diferencia de plantillas y presupuestos, dieron la cara y sólo cedieron en los últimos 15 minutos de partido.
Una jornada de fiesta para Cuenca que arrancó con un homenaje a Gedeón Guardiola, pivote del equipo alemán, al que se le entregó un reconocimiento por su reciente título de campeón de Europa con la selección española, y que finalizó con toda la plantilla del Rhein Neckar haciéndose una foto con la afición conquense.
Primorosa primera mitad de los conquenses que no sólo dieron la cara sino que dominaron en el electrónico durante buena parte de los primeros 30 minutos de juego. Con los brasileños Thiago y Dutra echándose el equipo a las espaldas en ataque y con Natán Suárez intercambiando minutos y acciones de genio con algunas precipitaciones, Cuenca fue sumando minutos sin mostrar resquicios. Bien también en defensa y la salida de Samu desde el banquillo mejoró la discreta actuación de Maciel bajo palos.
No se encontró el Rhein Neckar especialmente cómodo atando la defensa de Cuenca. La efectividad desde el extremo de Uwe Gensheimer y los latigazos de Kirkrelone fuero lo más destacado. Al igual que Cuenca, los alemanes también tuvieron que cambiar portería en esta primera mitad. Appelgren cedió el puesto a Palicka. Al descanso se llegaría con empate a 16 tras fallar en seis metros Doldan la acción para que Cuenca se marchase uno arriba. La incógnita tras los primeros 30 minutos era saber si habría gasolina para otros 30 más al mismo nivel.
Tras el descanso a Cuenca empezó a costarle atacar en estático, lo que unido a algunas perdidas permitieron a Rhein Neckar coger ventaja en el marcador de dos goles. Andy Schimd, muy vigilado en la primera mitad, empezó a sentirse más cómodo y Kirkrelone seguía a los suyo. Cuenca se resistía a tirar la toalla pero poco a poco el cansancio hizo mella y los errores empezaron a llegar lo que permitió correr a los alemanes, que a falta de 15 minutos rompieron el partido.