"Somos la capital europea de la extinción de especies"
Hasta 84 endemismos canarios ya han entrado en la lista roja de la Unión Europea "a un paso de desaparecer"
Tenerife
La kunkeliella psilotoclada, un arbusto endémico de Tenerife, pasó a engrosar en 2018 la lista de las 32 especies extinguidas en España del Ministerio de Transición Ecológica. Actualmente, la biota nativa del Archipiélago está integrada por unas 21.343 especies y 2.760 taxones son endemismos exclusivos de las islas. Pero la corrosiva actividad humana y la dejadez institucional han hecho que más de 40 de estas poblaciones estén incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazas. Para la Unión Europea, 84 están “a un paso de desaparecer” en su lista roja.
“Todavía tenemos una elevada riqueza de especies endémicas. Eso es innegable, pero también lo es que somos la capital de la extinción en Europa”. Así de contundente se muestra la profesora del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de La Laguna, Juana María González. El Archipiélago cuenta con casi un 40 de su territorio protegido. Son 2997 kilómetros cuadrados de los 7.500 que circunscriben el perímetro autonómico. Las causas de los peligros que acechan a los endemismos canarios componen un abanico de irresponsabilidad: “una gran parte de nuestros espacios protegidos lo están solo en el papel, no hay una gestión activa de la conservación”, asegura la profesora.
En total, son 147 espacios protegidos, desde la categoría de Parque Nacional, hasta los sitios de interés científico pasando por los naturales y rurales. Todos ellos destacan por su profunda singularidad y están relacionados con formaciones geológicas, yacimientos paleontológicos o elementos de valor cultural o paisajístico. “Es necesario que se cumpla la normativa porque actualmente hay mucha falta de personal, no solo en medio ambiente, es un problema generalizado, pero se están jubilando personas con mucho valor y conocimiento y se lo están llevando a su casa”, incide González, quien recuerda que en breve los directores del Parque Nacional de Garajonay y el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente dejarán de ocupar sus puestos sin aprendices sucesores.
Canarias aglutina gran parte de la biodiversidad de Europa, entre otras cuestiones, por el entorno insular. Sin embargo, las islas padecen la falta de cubierta vegetal acuciada por un proceso de desertificación que causan los herbívoros invasores “que prefieren las especies endémicas” o por la voracidad del fuego. En este sentido, la profesora apunta que “al mismo tiempo perdemos el suelo porque interviene procesos erosivos. Esto hace que cuando algunas especies amenazadas son capaces de dispersarse, no encuentren los nutrientes del suelo necesarios” en las nuevas localizaciones.
Para Juana María González, la clave del reto medioambiental pasa por dos palabras: restauración y apatía. “Estamos en un momento muy complejo, pero nosotros, con nuestra actitud actual, estamos incrementando los problemas del cambio climático en nuestros espacios protegidos y en el conjunto del territorio insular. Tenemos que desperezarnos y empezar a trabajar”.