Cádiz tiene activos 330 casos graves de violencia machista

Gran parte de la sociedad ha convertido el móvil en un compañero inseparable de vida. Bien porque les mantiene en permanente contacto con los suyos, bien porque su trabajo le obliga a depender del terminal, o simplemente por culpa de la adicción, que se expande cada vez más entre la ciudadanía. 

Por motivos muy distintos nunca se sale de casa sin el teléfono en el bolsillo, en el bolso o en la mochila. Se siente como si faltase una parte fundamental cuando se olvida, y es difícil no volver a recogerlo cuando recordamos a mitad de camino que se quedó en la mesa del salón.

Entre todos los argumentos y porqués acerca del papel que juega el teléfono en la vida hoy en día, hay uno que pesa como una losa sobre 330 mujeres actualmente en la provincia de Cádiz. Su vida puede depender de él. Literalmente.

Trescientas treinta mujeres recorren cada día con miedo, inseguridades, vergüenza o sentimiento de culpa las calles gaditanas portando uno de los teléfonos que les proporciona Cruz Roja al acceder al programa de atención y protección a las víctimas de violencia de género ATENPRO.

La gran mayoría de ellas denunciaron a su agresor, y todas pasaron por su centro municipal de la mujer para pedir ayuda, orientación y apoyo para lograr zafarse no solo de él, sino también de la tela de araña que teje la violencia machista al su alrededor que les impide volver a tener una vida normal. Hoy llevan consigo un terminal al que pueden llamar las 24 horas, los 365 días del año para cualquier cosa que necesiten y en cualquier momento.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

En 2019, ATENPRO atendió a 509 mujeres. Un año antes fueron 525 y en 2017 la cifra alcanzó los 556 casos, según revelan a la SER fuentes de Cruz Roja. En tres años y medio, contando con los 330 activos en 2020, 1.920 mujeres han estado expuestas a un riesgo elevado de agresión o asesinato y han sido atendidas por ATENPRO.

El citado servicio de atención y protección, coordinado por Cruz Roja, tiene como objetivo brindar una atención continua a las víctimas de violencia de género que han denunciado su caso.

Todo nace en los centros de la mujer, coordinados por el ayuntamiento de cada municipio gaditano. El primer paso es la recepción de la víctima y el análisis de su caso. Si cumple las condiciones, la denunciante tiene que presentar una determinada documentación y, a partir de ahí, tras ofrecerle la posibilidad de que forme parte del programa, la decisión de seguir adelante e inscribirse en ATENPRO es de ella. 

Al otro lado del teléfono hay, de forma permanente, una trabajadora social que cumple un amplio abanico de funciones. El motivo de llamada más común es el quebrantamiento de las órdenes de alejamiento por parte del agresor, que ronda el domicilio de la víctima o ha trata de abordarla por la calle. Lo ha confirmado el portavoz de la Policía Nacional en Cádiz, Andrés Bragado.

"Muchas veces nos saltan las alarmas de las pulseras telemáticas que revelan la posición y distancia entre víctima y agresor. En esos casos, además de incurrir en un delito de violencia de género, puede incurrir en un quebrantamiento de medida cautelar, que ya es un delito contra la administración de justicia".

Los profesionales de Cruz Roja coordinan a los servicios de emergencia necesarios como policía, ambulancia y bomberos, para que acudan hasta el lugar donde se encuentra la usuaria del programa.

"En cuanto hay un riesgo vital de una persona, el personal de ATENPRO nos traslada el aviso para que una patrulla de la Policía Nacional se desplace 'in situ' hasta donde se encuentra para resolver las cuestiones que necesite. Nosotros recabamos todos los datos para poder localizar y detener al agresor y, además, asistimos a la mujer informándole de los derechos que tiene y acompañándole a los servicios medicos si lo necesita", ha detallado el portavoz del cuerpo armado.

Los profesionales del servicio de atención y protección juegan también un papel fundamental en el aspecto psicológico de la usuaria, puesto que un gran número de llamadas son motivadas por crisis de ansiedad, intentos de suicidio, momentos de miedo, bajones anímicos o simplemente para realizar labores de empoderamiento.

Los centros municipales de la mujer son quienes derivan a todas y cada una de las víctimas que forman parte de ATENPRO, desarrollando así una labor fundamental de reconocimiento y asesoramiento de las mujeres, al tiempo que se benefician de poder ofrecerles un servicio de protección integral a sus ciudadanas.

La concejala de mujer del Ayuntamiento de San Fernando, Virginia Barrera, ha destacado en valor que tiene el programa para los municipios: "Tener un sistema que te garantice que una mujer va a estar protegida nos aporta la tranquilidad de poder prestar un gran servicio, sobre todo en prevención de la vida de estas mujeres que al final es lo que mas nos preocupa". 

Barrera ha reclamado "un incremento de recursos por parte de todas las instituciones a nivel jurídico" y, aunque ha remarcado que "los profesionales con los que cuentan están perfectamente cualificados", reconoce que se ven "faltos de recursos".